Una historia resumida del mundo
Hace Cinco Mil Años: El Comienzo
EL MONSTRUO DE ESPAGUETI VOLADOR creó el universo y un montón de planetas, incluida la Tierra. Nadie más que Él mismo estuvo ahí para verlo, pero sospechamos que era algo bastante aburrido. La creación inicial, obviamente, tenía que haber sido espectacular, pero entonces Él pasó los próximos diez a cien años preparando con esmero el universo para que pareciera más viejo de lo que era en realidad. Los fotones se ubicaron individualmente, de camino a la tierra, para que pareciera que los habían emitido estrellas por toda la galaxia hace millones de años. En realidad, sabemos que cada fotón fue ubicado divinamente y desplazado al rojo adecuadamente para que pareciera que el universo tiene miles de millones de años. Aún hoy encontramos Sus métodos de camuflaje; cada vez que los científicos descubren pruebas aparentes de un universo que tiene miles de millones de años, podemos estar seguros de que es parte de los elaborados preparativos que Él hizo.
La Tierra se creó en aproximadamente 0,062831853 segundos, y de forma similar la disfrazaron para que pareciera ser mucho más vieja. Podemos tener la certeza de que el MEV pasó incluso más tiempo preparando la tierra porque, al ser omnisciente, Él era consciente de que pronto habría gente muy cotilla fisgoneando por todos lados. Conocidos como ‘científicos’, estos metomentodo tienen una necesidad enfermiza, probablemente de naturaleza sexual, de averiguar cómo funcionan las cosas, así que era incluso más importante que nuestra realidad aparente fuera bien diseñada para esconder la verdad.
Nuestro Creador Tallarinesco entonces puso fósiles, escondidos bajo la superficie de la tierra, sabiendo que luego serían encontrados y que esto parecería demostrar que estas criaturas existieron hace bastante tiempo. Los huesos de dinosaurios, por ejemplo, se ubicaron tan bien y en tal número que se cree ampliamente que los dinosaurios caminaban sobre la tierra hace millones de años. Es interesante que los dinosaurios sí existieron, pero no hace millones de años, porque, por supuesto, ¿cómo podrían haber existido antes que la Tierra misma? En realidad, vivían con nosotros, al nuestro lado, y en ocasiones por encima, de los humanos, hace más o menos tres mil años.
Puede que se esté preguntando, con toda razón, por qué no encontramos huesos de dinosaurios de esta época. Pero tenga en cuenta que los dinosaurios en realidad no tienen huesos, y que todo esto de que los dinosaurios los tenían es un engaño planificado para Su propia diversión. Los dinosaurios auténticos, como cualquier paleontólogo culto (o doctor en huesos viejos, como prefieren que los llamen) le dirá, podían erguirse llenando unos músculos especiales con sangre, poniendo rígido el miembro antes flácido. Al alternar los músculos rellenos en la secuencia correcta se lograba una locomoción muy eficaz y una estructura esquelética rudimentaria. A lo mejor, los lectores más pervertidos reconocen que este mecanismo es similar a lo que ocurre en el pene masculino. Los dinosaurios eran, en esencia, poco más que una colección enorme de penes (penii) bajo una gruesa piel. Aunque muy pocas descripciones precisas han perdurado hasta nuestros días, podemos alegrarnos al ver que el conocimiento de ellos se ha propagado generación tras generación en nuestra cultura. La mayoría de los hombres ni se dan cuenta de que cuando exageran el tamaño de su pene llamándolo ‘monstruoso’ o ‘como un dinosaurio’, están ayudando a mantener viva la verdad de estas bestias extrañas y cachondas que conocemos como dinosaurios.
Un tiempo después, al progresar la sociedad, la atención de la humanidad se alejó de los dinosaurios, que para entonces ya habían sido conquistados y domados por el hombre como diversión y ayuda en el trabajo, que se volvió al pensamiento filosófico. La cuestión de nuestros orígenes surgió, y se decidió, basado en las pruebas aparentemente naturales de que todas las criaturas habían evolucionado desde un ancestro común con el transcurrir del tiempo, desde hace millones de años.
Hace Dos Mil Quinientos Años: La Época Dorada de los Piratas
Lo que pasó a continuación sigue siendo un misterio. La humanidad, hasta aquel entonces, había sido engañada exitosamente por el MEV, y había creído equivocadamente que las explicaciones naturales podrían mostrarnos nuestros orígenes. Uno pensaría que el MEV mismo se alegraría por esto, ya que se había molestado tanto en esconder Su obra de creación. Pero por cualquiera que fuera el motivo, Él sintió la necesidad de darnos a conocer la verdad. Esta fue la fecha, hace unos dos mil quinientos años, en que Él por vez primera nos reveló Su Apéndice Tallarinesco, mostrándonos el camino. Desde ese momento, los que aceptaron Su mensaje sabían que íbamos a vivir de una cierta forma: en el agua, en grandes naves de madera cargadas con grog, botines y, esperamos, mozas. Esta fue su voluntad, y así se cumplió.
Por desgracia, muchos de los detalles de esta época se han perdido, posiblemente porque muchas naves se hundieron, debido a la sobrecarga. El botín es muy pesado, y estos, los primeros Pastafaris, habiendo bebido demasiado grog, mostraron un juicio con una perfección menor al 100%. Lo que sí sabemos, sin embargo, es que esta fue la Época Dorada del estilo de vida pirata. Millones, posiblemente cientos, de naves piratas, navegaron los mares, y quizá los lagos, del mundo, buscando pasarlo bien, difundiendo la alegría y quizá alguna enfermedad venérea a aquellos con quienes contactaron.
Lo que nos cuentan los libros de historia hoy es descaradamente incorrecto. Ladrones y proscritos sí que no eran, pues este era Su Pueblo Elegido, los que escucharon y siguieron Su plan divino, fuera el que fuese. El mito comúnmente propagado de que los Piratas eran ladrones se remonta, no es ninguna sorpresa, a los teólogos cristianos de la Edad Media. Es otro ejemplo más de la discriminación y mala información a la que nos hemos tenido que enfrentar a lo largo de los años, y otra razón que explica por qué los Pastafaris han tenido que ser tan reservados con lo que respecta a sus creencias.
Sean cuales sean las mentiras que se cuentan sobre ellos, los primeros Pastafaris eran exploradores amantes de la paz y difusores de buena voluntad, no piratas criminales con sed de sangre. De hecho, se les conocía por regalar dulces a los niños que pasaban por ahí, costumbre que estableció lo que ahora se le conoce como Halloween.
Pero claro, no siempre fue todo un jardín de rosas. No todos eran creyentes, y algunos rechazaron Su Palabra, y sintieron la necesidad de salir al mar en sus (probablemente lamentables) naves y buscar gresca con los Pastafaris. El más notable era Noé, de fama bíblica, que muy a la ligera armó una barcaza monstruosa hecha de madera y cualquier otra cosa que encontrara; probablemente tierra, ¿quién sabe? Noé, bien conocido por su amor hacia los animales, siempre mantuvo a muchos a su alrededor. Así que cuando se encontró con una falta de materiales de construcción, decidió usar cientos de animales indefensos como lastre, en su mayoría a los más lentos, más tontos, y más lelos que pudo encontrar.
No se sabe con exactitud qué ocurrió durante el tiempo de Noé y los Piratas, pero suficientes textos históricos han sobrevivido a través de los años para que nos hagamos una idea de los acontecimientos que ocurrieron. Noé, a solas excepto por sus animales-lastre, impulsado por los celos y quizás un grupo de focas que le hablaban, partió en búsqueda de Pastafaris. Desgraciadamente para Noé, encontró una de las naves pirata con gente más de puta madre que había, y empezó a decirles un montón de tonterías. Los Pastafaris, siendo sobretodo pacíficos, y también unos borrachos, ignoraron este abuso verbal. Solo cuando Noé, un verdadero capullo, atacó físicamente la nave pastafari, lanzando desde su proa los animales más puntiagudos, fue que los Pastafaris empezaron a reparar en él. Se nos cuenta que el más grande y más aterrador de los Pastafaris nadó, o quizá simplemente saltó, de nave a nave, pues así eran de poderosos, y se enfrentó a Noé.
Inmediatamente Noé se dio cuenta de que había actuado mal, y ofreció tortugas y otras cosas para disculparse. Los Pastafaris, que probablemente tenían más tortugas de las que necesitaban declinaron el ofrecimiento, e hicieron que a Noé se le pusiesen por corbata. No sabemos qué le dijeron exactamente, pero está claro que Noé se meó encima de tal manera que hasta los cristianos lo asocian con «el Diluvio Universal». No hay ni que decir que nunca más volvió a abusar de los animales, ni siquiera de las gallinas, que ya entonces se hacía la comparación de «eres más pu** que las gallinas».
De 1700 Hasta Hoy: De Piratas y Pasta
Durante los siglos siguientes, nadie se metió con los Piratas, y el orden natural de las cosas se mantuvo en equilibrio. Aunque el botín y el grog mandaron a muchas naves al fondo del mar, perdiéndose documentación muy importante en el proceso, los Piratas vivían una vida de paz y júbilo, difundiendo Su Palabra en lugares tan lejanos como Bélgica.
Siguieron celebrando Halloween y, durante los últimos dos meses de cada año, se tomaban unos días, dejaban de navegar los mares para relajarse y pasaban tiempo con sus familias durante su temporada más santa de Fiesta. Pero había nubes de tormenta en el horizonte, y los Piratas no sabían qué la maldad los esperaba.
Convencidos de la maldad intrínseca de los Piratas, los Hari Krishna, que son los descendientes de los Ninja, se juntaron en varios puertos y declararon una guerra santa contra los Piratas. Por decenas de miles, o incluso docenas, subieron a bordo de kayaks recubiertos de placas de acero, y salieron remando en búsqueda de Piratas, a los que pretendían borrar de la faz de la tierra. Pudiera pensarse que el MEV se debería haber dado cuenta del ataque de los Hari Krishna y protegido a Su Pueblo Elegido, pero Él confundió a los Krishna con otro grupo musical de mendigos marítimos más, o quizá pescadores cantando sus salmos, y los dejó pasar incólumes. Cuando los primeros Krishna llegaron a un barco Pirata en Halloween, los Piratas los confundieron con quienes buscaban dulces diciendo «¡Truco o trato!» de forma demasiado entusiasta. Lo que siguió fue una matanza en masa, cuando los Piratas intentaban entregar los dulces mientras los Krishna los golpeaban y rajaban hasta la muerte con sus remos de doble hoja. Tristemente, este patrón se repitió varias veces aquel día. El año siguiente fue incluso peor.
Al final, los Piratas se refugiaron en calas escondidas donde podían mantener la vigilancia de esos Krishna jodeputas sedientos de sangre. ¿Había algo en los cantos de los Krishna que cegaba a los Piratas con su maldad? Quizá nunca lo sepamos. Y aunque la educación dominante nos dice que se erradicó a los Piratas porque eran ladrones, asesinos, etc., esto es, sobre todo, una campaña de intoxicación informativa propagada por los Krishna y por muchas de las demás religiones que se unieron para empezar su ataque sistemático a la adoración de MEV por parte de los Piratas.
Cazados casi hasta la extinción, los Piratas estuvieron pero que muy cabreados durante siglos, y los libros de texto revelan cada detalle de sus saqueos y pillajes, pero callan de forma muy sospechosa el hecho de que a los Piratas se les conocía por regalar dulces a niños. La triste realidad es que las demás religiones estaban bastante celosas de los Piratas y su feliz estilo de vida, así de simple. Afortunadamente para los Piratas, los ataques fueron amainando, y después cesaron casi del todo cuando las demás religiones inevitablemente se volvieron unas contra otras. Y aquí es donde nos encontramos hoy.
Aunque forma parte de la cultura popular que el descenso en el número de Piratas es un resultado directo de la persecución religiosa, lo que no se sabe todavía es qué pasó a los Piratas que quedaron y dónde están.
Tristemente, muchos Piratas simplemente escondieron sus tesoros, regalaron sus tortugas gigantes, y se jubilaron, mudándose a lugares como Irlanda e, irónicamente, la India. Otros se escondieron en los Estrechos de Malasia, donde algunos formaron franquicias de deportes muy conocidas. Lo poco que se sabe de nuestros ancestros místicos es que además de esconder tesoros, los Piratas querían ocultar sus textos religiosos. De hecho, el tesoro se incluía, en gran parte, para asegurar que otros saldrían a buscar esos documentos en el futuro, en tiempos más tolerantes. A este respecto, los Piratas tenían un éxito enorme, ya que aún hoy hay cazatesoros buscando antiguos botines Pirata. Por desgracia, muchos de nuestros textos originales se han perdido porque su importancia se pasó por alto, y en ocasiones se confundieron con recetarios.
Momentos Clave en la Historia del MEV
Se dice que una foto vale mil palabras, y ahora que estamos bien metidos en el libro, y ya cansados, pensamos que sería de utilidad proporcionar algunos momentos del Pastafarianismo… ¡al estilo Photoshop!
El Fideo Santo
El Primer Día: La Luz
ENTONCES EL MEV DIJO: «Hágase la luz», y la luz se hizo. Y el MEV ajustó sus gráciles pedúnculos oculares y vio que la luz era buena; y el MEV separó la luz de la oscuridad. Y Él llamó a la luz «El Día» y a la oscuridad la llamó «La Noche» o «Prime Time». Así hubo una tarde y una mañana: y este fue el primer día.
El Segundo Día: El Firmamento
El MEV se cansaba de volar y Él no era capaz de estar ocioso durante mucho tiempo, así que dijo: «Hágase el firmamento entre las aguas, y que el firmamento forme calas para que un día proporcionen un puerto seguro a los Piratas (no, espera, ‘firmamento’ es una tontería de palabra, que se le llame ‘tierra’, porque ‘firmamento a la vista’ suena incluso más estúpido que ‘firmamento’ sin más) y que esta tierra separe unas aguas de otras. Y hágase un volcán del que mane cerveza, pues parece ser una buena idea». Y del volcán manó cerveza, Él la probó y declaró que era bastante buena. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.
El Tercer Día: La Tierra y la Vegetación
Cuando el MEV se despertó, estaba algo acarajotao y no sabía dónde se encontraba. Con algo de resaca, y en algún punto en medio del Océano Índico, el MEV se encontraba un poco confundido respecto a lo que había creado el día anterior; y, consciente de su mala conducta la noche anterior Él empezó a espetar órdenes Divinas para intentar restablecer Su poderío, y entonces Él decidió organizarse. Y Él dijo: «Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo los cielos, y que aparezca el suelo firme». (Se le había olvidado lo que había dicho sobre el firmamento el Día Dos), y llamó al suelo firme Tierra (habiéndose inventado la palabra ‘Tierra’ tan solo un día antes), y a la reunión de las aguas las llamó Mares. Y el MEV secó Sus Apéndices Tallarinescos bajo el calor de la Luz, y Él vio que era buena, pero que había un pequeño problema, porque ahora Él tenía una superficie llena de Tierra y Firmamento, pero con eso no llegaba. Así que levantó el firmamento del Día Dos hacia los cielos y lo renombró Cielo. La tierra del Día Tres la dejó donde estaba. El cielo parecía el lugar más agradable, y el MEV decidió que Él viviría allí, y que viajaría a la tierra cuando le apeteciera. Entonces el MEV dijo: «Que de la tierra brote hierba, trigo duro, arroz, y cualquier otra cosa que pueda convertirse en comida que se parezca a Mis Apéndices Tallarinescos», y Él vio que esa era una idea innovadora, y realmente buena. Esa noche bebió un poco menos del Volcán de Cerveza, al que reubicó en el Cielo junto con el resto de firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.
El Cuarto Día: el Sol, La Luna, las Estrellas
A estas alturas, el MEV estaba un poco dolorido por el sobreesfuerzo. Le fue difícil encontrar una postura cómoda para descansar durante la noche, que era más oscura de lo que la pasta de tinta de calamar sería cuando la inventasen. Así que Él dijo: «Que haya luces en los cielos, y que haya dos grandes luces más: la mayor para presidir el día, y la menor para presidir la noche.» Y como tenía grandes planes para el día siguiente, se acostó pronto. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día.
El Quinto Día: El «Big Bang»
El quinto día iba a ser tremendo, así que el MEV se levantó pronto. Entonces, Él dijo: «Que en las aguas abunde la vida, que los cielos se llenen con aves, que la tierra produzca toda clase de criaturas, cada una según su especie. Que se hagan mimitos y que sean fecundos». Y Él vio que esto era bueno, y Él se sintió bastante orgulloso de Sí Mismo, así que aquella noche pimpló bien del Volcán de Cerveza.
Más tarde, aquella noche, Él se cayó de la cama y aterrizó muy duramente en el firmamento, y esto, estimado lector, fue el verdadero Big Bang. Sentía una extraña sensación, y se dio cuenta, en Su sopor etílico, de que no solamente había construido una fábrica en el Cielo que producía mujeres apenas vestidas y con medias transparentes, sino también que había creado un retaco en la tierra, a quien Él llamó el Hombre. Y Él dijo: «Vaya. Puede que con esto Mi Apéndice Tallarinesco haya ido un poco lejos» y, sin siquiera estar seguro de que día era, Él decidió tomarse un largo descanso de todo esto de la creación, dio una rápida bendición y declaró: «A partir de ahora, cada viernes es fiesta».
El Jardín de los Olivos del Edén
Pero el retaco era un escandaloso de narices. El MEV no podía con la vida por todas las quejas que provenían de la tierra, así que el Señor MEV llamó al retaco, diciendo: «Escucha esto… ¿por qué no cosechas todo el trigo duro, arroz, y cualquier otra cosa que se te ocurra para hacer pasta a mi imagen? Para eso están. Te llenas la boca con ella y así te quedas quieto y calladito un rato. Pero ten cuidado con el olivo, pues la oliva es buena, pero su hueso es duro como una piedra y podrías ahogarte o romperte un diente, y entonces te parecería mala. Si te ahogas con ella morirás, lo que querría decir que he malgastado un tiempo de cojones en ti, aunque la verdad es que estoy empezando a pensarme mejor todo esto».
El Hombre no estaba demasiado emocionado por comer pasta siete noches por semana, así que el MEV cedió y le llevó todos los animales, y el Hombre los renombró a cada uno según los grupos de alimentos. Al ganado lo llamó «filetes». A los cerdos los llamó «magro», «jamón» o «tocino». Cosa rara, el Hombre se quedó con que el pollo era «pollo». Quizá el Hombre en ese momento ya estaba cansado y había perdido el impulso creativo.
El MEV sugirió que el Hombre se echase una siesta, y él así lo hizo. Cuando se despertó, el MEV dijo: «Hombre, tengo una sorpresa para ti. Mira esto: ¡una Mujer!»
El retaco se quedó mirando embobado un momento, y dijo: «¿Me la puedo quedar?» Y el MEV dijo: «De ahora en adelante el hombre abandonará la casa de su padre y de su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne», y entonces el MEV pensó para Sí Mismo: «Esto va a ser interesante».
«Te debo una», dijo el hombre-retaco. No mucho después, el Hombre se rompió un puñetero diente con un hueso de aceituna, y el MEV dijo: «¿No te di orejas para que me oyeses?» Y el Hombre dijo: «¿Tengo orejas?» Y terminó por encontrarlas a los lados de la cabeza, pero no antes de descubrir un pequeño Apéndice Tallarinesco entre las piernas, que se dio cuenta de que era infinitamente más pequeño que el más corto de los apéndices del MEV, y comprendió que su mujer parecía estar pensando lo mismo, por lo que el hombre-retaco dijo: «Pásame una de esas hojas de parra, ¿quieres?»
Después la mujer sugirió que el Hombre no necesitaba una hoja tan grande, y dio a entender que quizá habría otro Hombre en alguna parte de la tierra, o que quizá el Edén tenía un jardinero en algún sitio, y el hombre retaco la miró de arriba abajo y dijo: «Una palabra, cariño: celulitis».
Entonces los ojos de los dos se abrieron, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosieron varias hojas de higuera y se hicieron vestiduras. Y oyeron el sonido del MEV flotando por el Jardín del Olivo, se ocultaron y dijeron: «¿Qué haces aquí?» Entonces el MEV dijo: «¿Dónde estáis?» Y el Hombre dijo: «Te oí cuando flotabas sobre nosotros, me asusté porque estaba desnudo y me oculté».
Y el MEV dijo: «Está bien, ¿pero puedes decirme dónde habéis escondido esos deliciosos colines? No he comido ni uno desde la Creación».
«Nos los hemos comido todos», mintió el hombre retaco. «Ya no quedan».
El Diluvio
Entonces el MEV vio que la perversidad del Hombre era grande sobre la tierra, y que cada pensamiento del pequeño retaco se regía por su estómago.
Y el MEV dijo: «Bien, pues cocinaré para mí mismo», y Él fabricó un gran Colador de la Bondad y tomó agua en una enorme olla, que Él puso a calentar. Y metió en ella una gran porción de pasta y lentamente hizo a fuego lento la salsa tanto tiempo que los humanos originales ya no estaban allí cuando Él por fin lo tuvo todo listo para comer. Y Él echó los espaguetis y el agua en el Colador de la Bondad, con cuidado para asegurarse de que el agua se iba por el desagüe de Su fregadero. Estaba Él comiendo, cuando distraídamente consideró a dónde terminaba dando el desagüe al final, y el MEV dijo: «Uh oh».
Afortunadamente los hijos de Noé: Té, Jamón y Café, la mujer de Noé y las mujeres de sus tres hijos con ellos, habían estado trabajando en el «Gran Espectáculo de Animales Flotante de Noé», que tenía lugar en una arca gigante diseñada por el mismo Noé. Ese día surgió agua de de las simas de las profundidades de los océanos, y se abrieron todo los desagües del cielo. Y la lluvia cayó sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y el arca flotaba, aunque menuda peste había dentro.
Después de varias batallas con los Piratas el arca por fin se posó sobre el Monte Ararat, y cuando las aguas retrocedieron a Noé y a su familia todavía les quedó un largo camino a pie hasta casa. Y nadie supo localizar al par de unicornios, pero descubrieron al hijo de Noé, Té, en un camarote del arca, hurgándose en los dientes con un palillo enorme que se parecía extraordinariamente a un cuerno.
La Torre de Scrapple
Como Noé, sus hijos eran verdaderos emprendedores, y se separaron. Té se fue a las naciones del sur e inició la tribu de los telitas, Jamón se fue a las naciones del centro e fue el inicio de los jamonitas, y Café viajó en dirección al norte y fuel el inicio de los cafelítas. Por allí establecieron tascas familiares para dar de comer a los lugareños.
Té, que era un poco liante y siempre miraba cómo exprimir unos euros de más de donde fuera, se decidió a desarrollar un comestible que se pudiera hacer de los morros de cerdo sobrantes y de otras piltrafas que normalmente irían al cubo de la basura de la tasca. Trituró juntos todos estos desperdicios y lo llamó «scrapple». Y buscó la ayuda de Nimrod para que le echase una mano vendiéndolos. Ni que decir tiene que no fue fácil de vender, y el scrapple se apilaba afuera de la tasca, y bajo el sol terminó por convertirse en una especie de torre con muy mal aspecto.
Como no podían venderlo como comida, Nimrod sugirió que lo llamasen la Torre de Scrapple, y cobrar una bonita suma a los ciudadanos por contemplar su grandeza. «Nace un tonto cada minuto», dijo a Té, y este le dio la razón.
Poco después, el MEV empezó a darse cuenta de que en el firmamento olía bastante mal. Bajó flotando y declaró: «El pestazo de esa cosa, y lo que digo es literal, llega hasta al séptimo cielo. ¿Qué creéis que estáis haciendo?» Pensando rápidamente, Nimrod dijo con aire de duda: «Lo hemos construido como homenaje a tu grandeza». Pero el MEV no se lo tragó. «Pensaba que os había dicho que fueseis fecundos y que llenaseis la tierra», dijo a Nimrod. «Y no con moscas, sino con gente». Nimrod no supo qué responderle, así que el MEV le dijo: «La tiras y sanseacabó».
Como la Torre de Scrapple no fue la atracción turística que esperaba, Nimrod se plegó a los deseos del MEV. Por desgracia inhaló demasiados vapores de scrapple rancio en el proceso, lo que lo convirtió en un idiota que farfullaba solo.
Mosey
Y las tascas prosperaron, y la población se divirtió y creció en número hasta que hubo tantos cocineros de servicio rápido que Phil, el gerente nocturno, se temió una revuelta contra su autoridad.
Y ordenó que no se contratase a más cocineros de servicio rápido, pero un chico llamado Mosey, todo un polvorilla que siempre estaba dándole a la húmeda, consiguió el trabajo afirmando que era capaz de cocinar «el mejor rollito de papiro con centeno a este lado del Éufratres».
Mosey cocinaba un papiro de veras excelente, y aunque era un artista con la freidora se cansó de las muchas horas y de otros abusos, y un día irrumpió en el despacho de su encargado, tiró al suelo el mandil y dijo: «Estoy cansado de esto de nueve a cinco. Me largo para hacerme Pirata».
Esto llamó la atención del MEV, y no le quitó el ojo de encima a Mosey. De hecho, años después, el MEV, que se había ido cansando de los abuso de Phil con los cocineros de servicio rápido, y poniéndose de mal humor en general, encontró a Mosey acampando en el desierto, haciendo planes para un gigantesco Barco Pirata, y el MEV habló a Mosey a través de un malvavisco ardiente que el chico estaba tostando, y le ordenó volver y guiar a todos los cocineros de servicio rápido lejos del control de Phil. El MEV conminó a Mosey a contratar a los cocineros y a empezar su propio restaurante, preferiblemente uno especializado en comidas de Su gusto. «Quizá lo podrías llamar Jardín de los Olivos. Tú podrías dirigir al personal de cocina», dijo el MEV. Pero cuando Mosey volvió a la tasca, Phil se negó a pagar el finiquito a los cocineros de servicio rápido si seguían a Mosey.
Entonces el MEV sí que se cabreó con Phil, y Él lo castigó con las siguientes plagas:
- Una lluvia de salsa de espagueti.
- Granizo de lingüini.
- Hacer que continuamente sonase en la cabeza de Phil la versión de In the ghetto del Rey Gitano.
Phil cedió, y el MEV ordenó a los cocineros de servicio rápido celebrar anualmente la Pastua, en la que el ángel de cabello de pasta de la muerte pasó de largo de las casas que tenían una mancha de salsa en el marco de la puerta.
Y el MEV habló a Mosey y le dijo: «Este mes empezarás tu nueva franquicia de restaurantes; será el primer mes del resto de tu vida. Habla a todos los cocineros de servicio rápido, y diles: ‘Empezad vuestra salsa el décimo día de cada mes. Cada hombre preparará una salsa, removiéndola de vez en cuando. Si no tenéis bastante gente que la coma, llevadla a casa de vuestros parientes políticos.’ Cocinarás la salsa hasta el decimocuarto día del mismo mes, tomarás un poco del puchero y con ella harás una señal en el marco de tu puerta. Entonces lo que quede lo servirás sobre un gran cuenco de la pasta de tu elección, y os la comeréis. Con el cinturón ceñido al talle, un parche en el ojo y un machete en la mano, comeréis la pasta. Pues ya no sois cocineros de servicio rápido, ¡sino que la salsa en la puerta dice que ahora sois Piratas!»
Aunque de mala gana, Phil había accedido a pagar las últimas nóminas, pero tan pronto como Mosey llevó a los cocineros de servicio rápido fuera de la tasca cambió de opinión. Phil salió tras ellos, hasta llegar a un gigantesco charco rojo de salsa de espagueti que había quedado de la primera plaga. El MEV dividió el charco rojo para Mosey, pero no se dio cuenta de que Phil estaba pisándole los talones. Por desgracia, a Phil se lo tragó el charco, y una albóndiga gigante le pasó por encima.
Mosey se convirtió en «el Pirata Mosey», y posteriormente la pasta seca cayó del cielo como el maná, que en hebreo significa «monstruo».
Los ocho «De veras preferiría que no»
El pirata Mosey deseaba de verdad una nave pirata, y dejando todos los problemas laborales a un lado, declaró que él y su banda ahora eran Piratas, y llevó a los Piratas a la cima del Monte Salsa, donde le pareció que podría haber una buena oportunidad de encontrar el barco pirata que había estado buscando durante todos estos años.
Sin embargo, no encontraron la nave, y la gente no sabía comportarse como piratas (al fin y al cabo en realidad eran solo un montón de cocineros de servicio rápido) y el MEV bajó y declaró que sería mejor que empezaran a espabilar, porque los verdaderos Piratas pertenecían al mar abierto, no a una montaña. Y el Pirata Mosey se sintió avergonzado y no bajó de la montaña, a pesar de que el resto de su banda siguió el consejo del MEV y bajó a la ciudad a la falda del Monte Salsa a esperar a su capitán. Al final, el MEV se hartó del todo, visitó a Mosey en la cumbre y le dijo dónde encontrar el mar, y, después de admitir que había sido un largo recorrido desde la Creación, y que tal vez incluso cabría replantearse algunas de Sus decisiones si tuviera que hacerlo todo de nuevo, le dio algunos consejos al pirata Mosey, que llegaron en forma de diez tablas de piedra. A estas tablas Mosey las llamó «Mandamientos» (ya que tenía un sano sentido del drama), aunque los cocineros de servicio rápido se confundieron y los llamaron erróneamente «Condimentos», y tal como los redactó el MEV se refiere a ellos como los «De veras preferiría que no».
Por desgracia, Mosey perdió dos de ellos bajando por la montaña, lo que explica en parte los laxos principios morales del pastafarianismo, pero el resto se pueden leer como sigue:
Los ocho «De veras preferiría que no»
- De veras preferiría que no actuaras como un imbécil santurrón que se cree mejor que los demás cuando habla de Mi Tallarinesca Santidad. Si alguien no cree en mí, no pasa nada. En serio, no soy tan vanidoso. Además esto no va sobre ellos, así que no cambies de tema.
- De veras preferiría que no usaras mi existencia como un medio para oprimir, subyugar, castigar, eviscerar o… ya sabes, ser malo con los demás. No pido sacrificios, y la pureza es para el agua potable, no para las personas.
- De veras preferiría que no juzgases a la gente por su aspecto, o por cómo visten, o su forma de hablar, o, bueno, mira, sencillamente pórtate bien, ¿de acuerdo? Ah, y que te entre en la cabeza: mujer = persona, hombre = persona. Lo mismo es lo mismo. Uno no es mejor que el otro, a menos que estemos hablando de moda, porque entonces lo siento, pero eso se lo dejé a las mujeres y a algunos chicos que distinguen entre el aguamarina y el fucsia.
- De veras preferiría que no te abandonaras a conductas que te ofendan a ti mismo, a tus gustos o a tu pareja mentalmente madura y con edad legal para tomar sus propias decisiones. En cuanto a cualquiera que quiera objetar algo, creo que la expresión es «que te jodan», a menos que lo encuentren ofensivo, en cuyo caso pueden apagar el televisor y salir a dar un paseo, para variar.
- De veras preferiría que no desafiaras las ideas fanáticas, misóginas o discursos de odio de los demás con el estómago vacío. Come, y luego ve a por esos malnacidos.
- De veras preferiría que no construyeras multimillonarias iglesias, templos, mezquitas o santuarios a mi Tallarinesca Santidad, cuando el dinero podría ser mejor gastado en (puedes elegir):
- Acabar con la pobreza
- Curar enfermedades
- Vivir en paz, amar con pasión, y bajar el precio de la televisión por cable.
Puede que sea un ser omnisciente basado en carbohidratos complejos, pero me gustan las cosas sencillas de la vida. Se lo que digo. Soy el Creador.
- De veras preferiría que no fueras por ahí diciendo a la gente que hablo contigo. No eres tan interesante. Madura de una vez. Y te dije que amaras a tu prójimo. ¿Es que no captas las indirectas?
- De veras preferiría que no les hicieras a los otros lo que te gustaría que te hiciesen a ti si te fueran las… ejem… las cosas que usan mucho cuero / lubricante / Las Vegas. Si a la otra persona también le va el rollo, (de conformidad con el nº4), entonces disfrutadlo, haceos fotos, y por el amor de Peich, ¡usad CONDÓN! En serio, es un trozo de goma. Si no quisiera que lo disfrutarais al hacerlo, al crearlo le habría añadido pinchos, o algo así.
RAmén.
Las Guerras Pastafaris
Publicado originalmente en la Inciclopedia por Frikipedio de Entrerredes, conde de Pedia.
¡¡¡Podrán quitarnos la vida, pero jamás nos quitarán la libertad!!!
Mel Gibson sobre las batallas contra los cristianos
Vive El Monesvol que os derrotaremos
Frikipedio sobre las fuerzas cristianas
Y podrán seguir adorando al Monesvol… ¡en el Infierno!
Silvestre II sobre el futuro de los pastafaris
XD
Frikipedio sobre las fuerzas cristianas
Monesvol es el único que resiste mis patadas giratorias… dos veces
Chuck Norris sobre el respeto a Su Tallarinesca Divinidad
Las Guerras Pastafaris son la sucesión de batallas que tuvieron lugar entre el año 790 y 1000, aunque algunos autores señalan el 1024 de nuestra era en Europa.
Consecuencias
De estas batallas, decisivas en la Historia de Occidente, resultó el dominio del Cristianismo en Europa, cayendo en el olvido el Pastafarismo que hasta entonces era la única religión masivamente aceptada y practicada.
Básicamente, el descontento de descendientes de ciertos patricios romanos que añoraban los tiempos del Imperio y sus privilegios, encendido por ciertas decisiones políticas, provocó la agitación de determinados sectores de la población, y culminaron, tras más de 200 años de enfrentamientos, en la sustitución de pastafaris por cristianos en el seno de la Iglesia. Tan solo la nueva revelación del Monesvol a un tal Bobby Henderson en 2005 ha vuelto a traer el pastafarismo a nuestras sociedades.
El Papa Silvestre II, máximo cargo en la Iglesia Pastafari, al llegar al poder traicionó su religión, pasándose de la noche a la mañana al Cristianismo, y fundando la Iglesia Católica. La extinción de todo rastro de pastafarismo en el mundo la decretó en la famosa encíclica Pastafarica Debaclem. Las persecuciones de pastafaris se alargaron al menos hasta el año 1024, en el que deja de tenerse noticia de esa antigua religión. Es por ello que algunos autores hacen durar las Guerras Pastafaris hasta ese año, mientras que otros citan como final la subida al trono papal de Silvestre II.
Las Guerras Pastafaris tienen el gran mérito de haber proporcionado una serie de innovaciones, políticas, religiosas y tecnológicas que se han podido disfrutar desde entonces. Algunos ejemplos:
Guerra Santa. La guerra entre pastafaris y cristianos supuso el primer gran enfrentamiento religioso que se conoce. Sus grandes aportaciones fueron:
- Intolerancia
- Fundamentalismo
Gran cantidad de bajas. Un millón de muertos en 250 años no está mal para la época. Poco a poco, durante las siguientes guerras se quiso igualar este récord. Las guerras del siglo XX por fin han podido superarlo largamente.
Innovación Ajusticiativa. El empalamiento, la crucifixión, el desangramiento… muchos son los métodos de muerte que se disfrutaron entonces y han llegado a nosotros como un precioso legado.
Radicalización. El contacto con el Pastafarismo provocó que el Cristianismo se deshiciera de rasgos comunes a ambas religiones. El cristianismo forjó su personalidad rechazando primero las orgías y luego todo el sexo; proscribiendo la pasta, que no volvió hasta la vuelta de Marco Polo de un viaje organizado a China. Otras ventajas son la subordinación de la mujer al hombre, el rechazo a los argumentos científicos…
Destrucción de Obras de Arte. A partir de Silvestre II los cristianos se dedican en cuerpo y alma a destruir todo rastro de pastafarismo. Por añadidura también se cargan todo lo anterior. Este hecho permitió renovar el arte de un modo que hubiera sido imposible de haberse conservado todo ese patrimonio.
Fin del pacifismo. Aunque se defendieron como leones, los pastafaris antes de aparecer el Cristianismo eran pacíficos. La larga duración de estas guerras y el posterior triunfo del Cristianismo permitieron vivir una etapa gloriosa de más de 800 años de olvido del pernicioso Pacifismo.
Títulos hereditarios. Los reyes pastafaris se elegían por votación de un consejo de caballeros. El asentamiento del Cristianismo permitió los cargos reales vitalicios y hereditarios, mucho más convenientes y democráticos.
Etapas
Primeras revueltas (772-789)
En un principio, los pastafaris se impusieron de una manera más o menos pacífica a la Religión Romana. Pero parte de los resentidos de aquella etapa, perdidos sus privilegios ancestrales, junto con los judíos, masones y otros, que tampoco estaban a gusto, fueron alimentando durante generaciones un odio enconado hacia el Monesvol y las costumbres licenciosas de los pastafaris.
En la década de los 770, en Gondwana, la Iglesia Pastafari estaba muy organizada y había sustituido al Imperio Romano en muchos asuntos burocráticos, entre ellos la recaudación de impuestos para el Imperio Gondwanés, que abarcaba todavía gran parte de la península Ibérica (Portugal, Castilla, León y parte de las tierras de lo que hoy conocemos como América). Los restantes reinos e imperios, como el Imperio Asturíaco también tenían a la Iglesia como recaudadora.
La nobleza y algunos patricios, que en secreto profesaban la naciente herejía cristiana, toleraban a duras penas las recaudaciones pero en el año 772, el nuevo Papa Pastafari, Adriano I, decretó la abolición de los privilegios de abolengo, obligando a los nobles y patricios a pagar a Roma un porcentaje de su patrimonio.
Los cristianos en su mayoría eran nobles o patricios con abolengo romano, y esta medida supuso el comienzo de la revuelta.
Primera Cruzada Pastafari (789-791)
En torno al año 780 los cristianos azuzaban a los campesinos para que se enfrentaran a la Iglesia, y asimismo tentaban con joyas y riquezas a cargos eclesiásticos. Aprovechando un viaje apostólico del papa, los Cristianos tomaron el espaguetiense sillón de Pedro en Roma y pusieron en su lugar al papa hereje Anónimo I.
Esta fue la época de la I Cruzada en la que ejércitos pastafaris partieron de toda Pastafaria para luchar en Roma contra la herejía. Hubo muchas bajas, pero finalmente los cristianos fueron reducidos y hoy en día ni se conoce el nombre del falso papa.
Parte de la conocida narración sobre Frikipedio está ambientada en esta época.
El resultado de la Primera Cruzada Pastafari fue la aniquilación de los primeros herejes. Hoy en día se puede adivinar parte del alcance de este holocausto visitando las famosas Catacumbas de Roma, donde se sepultaron los cadáveres de los cristianos muertos en la capital del país en forma de bota.
En los tiempos finales de la Primera Cruzada intervino un ejército improvisado por la parte pastafari, que con rabia pudo contener el avance cristiano. Se dice que en gran parte, el empuje y valentía de Frikipedio de Entrerredes, conde de Pedia, amén de cierto superpoder, fue lo que permitió realmente la victoria.
La Conjura de Judas el Traidor (795-810)
No obstante no todo el ejército cristiano había sido derrotado. Parte de las fuerzas supervivientes y otros nuevos reclutas se reunieron en los bosques de la frontera gallego-asturiana y formaron un terrible ejército capitaneado por el antiguo Rey Pastafarísimo de Gondwana Judas III, conocido después como El Traidor por los pastafaris y El Bueno por los cristianos. Otros campeones cristianos fueron Ramonicum, antiguo monje pastafari y Sir Tedio Baptista, muy beatos y con conocimientos mágicos que les permitían agitar a monstruos y dragones contra sus enemigos.
Para poder hacer frente a las hordas cristianas el nuevo rey gondwanés Rataube I el Justo contrató mercenarios, lo cual estaba bastante mal visto en la época, ya que sus ejércitos estaban mermados, bien en Roma en la Cruzada, o con los traidores.
El ataque de los Cristianos
Los generales de Rataube, Krusher, Frikipedio, Belcebú, Satanás y Lucifer, fueron vistos como demonios por los cristianos. Supieron infiltrarse en las florestas del norte peninsular y dieron caza a la mayoría de los herejes. Lo mismo sucedió en otros territorios.
Pero un día El Ejercito Católico, comandado por los supuestamente Muertos Judas III y Silvestre II Lograron destruir a los Ejércitos de los Generales de Rataube, el único sobreviviente fue Frikipedio, el cual escapo hasta Coruvigo y le dijo al Ejercito lo que Paso.
Tras las derrotas infringidas a los ejércitos enemigos, finalmente los pastafaris se pudieron alzar con la victoria el día del Santo Apéndice, 25 de Diciembre, del año 810. Treinta años de paz sucedieron a esta gran batalla.
Pero en el año 844, probable año de la muerte de Frikipedio, asciende al trono el papa Sergio IX, quien tiene la peregrina idea de perdonar a los herejes y tomar como amante a un cristiano, en muestra de buena voluntad. El amante de Sergio se llama León y en 847, después de la misteriosa muerte de Sergio IX, asciende al poder con el nombre de León V, quien promulga una ley según la cual los Cristianos equiparan sus derechos a los pastafaris, y obliga a que todos los templos con cierto tamaño tengan dos zonas claramente diferenciadas: la zona de cristianos y la zona de pastafaris. Las revueltas populares no se hacen esperar.
León V provoca él solito la Segunda Cruzada Pastafari.
Segunda Cruzada Pastafari (847-855)
En esta segunda cruzada, la generalidad de los pastafaris acuden a socorrer a Roma, no sin antes esperar durante dos años por si León V se arrepentía. Pero ahora el daño es mayor. El empeño de los cristianos de atacar desde dentro del seno de la Iglesia sigue demostrando estar justificado. Gracias a que el Cristianismo, prácticamente desconocido hasta entonces, se impone como opción en los propios templos, muchos jóvenes, y no tan jóvenes, se convierten a esta religión. Hay que tener en cuenta que el Cristianismo proponía una vida casta y alejada del sexo. Este mensaje prende rápidamente en las almas… de los feos.
En esta ocasión, las tropas pastafaris, dirigidas por Inciclopea III, reina de Gondwana, descendiente de Frikipedio e Inciclopea la Hechicera, condes de Pedia, llegan a la Ciudad Santa, que sitian durante tres años. Finalmente, en el 855 Roma es liberada, y el papa hereje León (santificado por los Cristianos posteriormente) es ajusticiado.
El nuevo papa pastafari, Benedicto III, hace retirar los carteles de división de culto cristiano-pastafari en los templos.
Los cristianos supervivientes huyen en una larga diáspora, llegando finalmente a Transilvania, en donde todavía hoy existen descendientes de ellos.
Curiosamente, los ßa? p???s (Ban Pyrós o Quemados por Dios en lengua grecotransilvana) hoy en día aborrecen las cruces, quizá por la persecución que sufrieron a consecuencia de ellas.
Transilvania fue el refugio de los herejes. En los cuarenta años de paz desde la muerte de León V, la comunidad cristiana fingió convertirse al pastafarismo para poder sobrevivir al pasar inadvertidos. Pero en la sombra, los mensajeros transilvanos iban organizando el ataque.
Nuevamente, las riquezas y los favores sexuales les sirvieron a los cristianos para comprar apoyos.
Los Cuatro Años de Terror (896-900)
Con el papa Bonifacio VI, llamado El Breve, cuyo pontificado duró solo quince días, la Iglesia Pastafari se vio repentinamente debilitada. Los reyes de todas las naciones pastafaris se reunieron en Roma para elegir nuevo papa. Pero fueron víctimas de una emboscada. Apenas la mitad de ellos pudo sobrevivir. Los cristianos atacaron el Palacio Papal desde dentro, haciéndose pasar por criados y cocineros.
El nuevo papa, Esteban VI, fue obligado a renovar el acuerdo sergiano, y los templos vuelven a dedicarse al 50% al dios cristiano. Pero cuando, sobrados que estaban, los cristianos le obligan a lanzar un edicto que declare anatema contra el Monesvol, Estaban VI se suicida, y durante cuatro años, los papas dejan de vivir en Roma. El papa impuesto por los cristianos, Anónimo III, cumple todos sus deseos. Publica la encíclica Morite Pastafaria por la que todo aquel que posea espaguetis, macarrones o fideos debe morir. Este papa, de origen francés, manda decapitar solo en Italia a unas 100.000 personas. Afortunadamente, en los territorios más alejados de Italia, en los que todavía los cristianos no consiguen dominar, se organiza un ejército que parte hacia Roma. Es el llamado Ejército de la Santa Compaña Pastafari, que reunía a gondwaneses, asturíacos, castellanos, portugueses, franceses, belgas, polacos y otros.
La Tercera Cruzada Pastafari o Cruzada de Onipsis (900-914)
Las anteriores cruzadas eran apenas campañas de represión de los insurgentes, pero la Tercera Cruzada Pastafari, la de la Santa Compaña, supuso una larga guerra, que duró catorce años, con gran cantidad de bajas en ambos bandos. Los ejércitos de los buenos fueron dirigidos por el rey Onipsis I el Misericordioso. Onipsis era un monarca de origen transilvano, por lo que conocía bien a la chusma cristiana. Enviado por ellos como espía contra los pastafaris, una vez en Gondwana se arrodilló ante el rey Barrabás II y le… juró lealtad eterna, descubriendo los planes herejes y confesando su firme creencia pastafari. Las informaciones de Onipsis permitieron una primera incursión exitosa en territorio enemigo y el apresamiento de grandes contingentes humanos.
Barrabás II murió envenenado, inexplicablemente, en pocos meses, y el talento político de Onipsis le abrió el camino hacia la corona.
Una vez en el trono, Onipsis I organizó ejércitos de hombres, mujeres y niños contra las fuerzas cristianas y las cruentas batallas, que duraron una década, sembraron Europa de cadáveres.
Tras tomar Roma, Onipsis I organizó una batida contra Transilvania, donde mandó empalar a unos 200.000 cristianos transilvanos, no sin antes extraerles la sangre, por humanidad, para que no muriesen desangrados.
Aún hoy la literatura popular recuerda con cariño a esta figura misericordiosa, si bien confundiéndola en ocasiones con Vlad Tepes, el empalador, personaje cruel y despiadado que no merece compararse con este rey.
La Pax Romana (914-939)
En el año 914, al fin toda Europa volvía a ser oficialmente pastafari. El papa hereje había sido ajusticiado, y Onipsis I coronaba él mismo al nuevo papa pastafari, Juan X. Los cristianos, que eran entonces ya una parte importante de la población, con importantes colonias en Italia, Grecia, Alemania, etc, obtuvieron permiso de la Iglesia pastafari para mantener sus cultos siempre y cuando lo hiciesen en silencio y sin manifestaciones públicas.
El acuerdo sellado por los líderes cristianos moderados y la oficialidad pastafari satisfizo aparentemente a toda la sociedad y se abrió una larga época de colaboración y paz, que fue llamada Pax Romana por haberse sellado en dicha ciudad.
Pero en la sombra, algunos líderes iban alimentando un odio espeso como la pez, acariciando en secreto el sueño de una Europa cristiana y en la que los pastafaris sirviesen de abono a la tierra.
Las Guerras Diminutas (939-946)
La estrategia seguida por los líderes cristianos fue muy inteligente. En lugar de intentar enfrentarse como antaño a los ejércitos pastafaris, se mantenía una aparente normalidad y pequeños grupos supuestamente incontrolados eran los que atacaban iglesias pastafaris, escuelas, universidades y bibliotecas, los centros de reunión de los creyentes en el Divino Monstruo. Aparentemente, los cristianos eran gente educada, amable y que ayudaban a todos, por lo que atraían nuevas vocaciones. Pero secretamente iban entrenándose para una batalla final que tenía el valor de Guerra Santa, por lo que los caídos en las refriegas se suponía llegarían al Paraíso directamente.
La revuelta contra Agapito (946-947)
Cuando llegó al trono papal Agapito II, la revuelta se extendió en toda Europa. Los «pastafaris» comenzaron a protestar por la elección de Agapito, pues se suponía que su nombre ofendía al dios cristiano. Agapito intentó sin éxito zafarse de los reproches, ampliando los derechos de los cristianos, pero estos, siguiendo un maquiavélico plan maestro, embistieron contra la iglesia del Monesvol y las instituciones de la época. Hubo cientos de miles de muertos, y Agapito, para poder calmar los ánimos cristianos, reeditó el Acuerdo Sergiano, por el que los templos debían dividirse, si tenían un tamaño suficiente, en dos zonas: una para cristianos y otra para pastafaris.
La Paz Agapitense (947-955)
Con Agapito II se instauró una frágil paz, lograda tras las concesiones a los cristianos. Pero la soberbia de los herejes, hasta entonces perseguidos y ahora perseguidores en muchas ocasiones, provocó el malestar en la sociedad pastafari. Los ciudadanos de Pastafaria se organizaron secretamente y trazaron un plan que se pudo realizar tras la muerte de Agapito.
El trienio Sangriento (955-958)
El nuevo papa, Juan XII, conocedor de los planes de rebelión ciudadana, organizó una persecución a muerte de todos los cristianos, sin previo aviso. En tres años redujo la población cristiana a una tercera parte de la original. Esta terrible matanza recibió el nombre de Trienio Sangriento. Se prohibió el cristianismo so pena de muerte, y todos los herejes debían jurar fidelidad al Monesvol o morir.
Ni que decir tiene que esto no le pareció bien a todo el mundo.
La Paz de los Juanes (958-972)
La política de represión sin piedad tuvo continuidad en los siguientes papas y reyes pastafaris, hasta Juan XIII.
La sociedad poco a poco iba recuperando sus costumbres pastafaris y una cierta normalidad, aunque la brutalidad se había ya instalado en los usos y maneras de los estamentos oficiales. Muchos pastafaris se avergonzaban de su religión, que se había traicionado a sí misma para repeler a los cristianos.
En esta época, los cristianos se refugiaban en la clandestinidad, amedrentados, y muchos pastafaris les ayudaban a esconderse por simple humanidad. Las orgías se declararon obligatorias, pero eran una imposición política, hasta los propios pastafaris comenzaban a aborrecerlas.
La rebelión de los Monesvolianos (973-974)
La ascensión al trono papal de Benedicto VI vino provocada por un grupo de pastafaris ortodoxos, los Monesvolianos. Estos devotos de Su Fideeza se rebelaron contra la política represiva de los papas anteriores y formaron frente común con los cristianos que vivían en clandestinidad. Invadieron el Palacio Papal e invitaron a renunciar al papado a Juan XIII, no sin antes separarle la cabeza del cuerpo.
Benedicto VI tomó buena cuenta de las razones de estas gentes y decidió instaurar un orden nuevo en el que la iglesia pastafari renovó sus normas volviendo a la esencia de lo que había sido. La amabilidad y el amor por el placer de los pastafaris volvieron a campar a sus anchas por toda Europa.
Con respecto a los supervivientes cristianos, volvió a las condiciones impuestas por su predecesor Juan X, y estos pudieron salir de la clandestinidad y practicar discretamente sus ritos.
La Concordia Final (975-1000)
En los últimos 25 años de existencia del Pastafarismo en la Europa medieval, la sociedad pudo avanzar en una era de paz y convivencia ejemplares. Pero no fue así. Los patricios cristianos, ávidos de poder, no toleraban compartir las riquezas con los pastafaris, incluso aunque el sucesor de Benedicto VI, Benedicto VII reeditó la división de los templos.
Vistos los errores de sus antecesores, los jefes cristianos decidieron volver a la más antigua estrategia: ganarse a los mandos de la Iglesia y la Nobleza mediante ricas dádivas y haciendas, promesas de poder y favores sexuales. Consiguieron poco a poco introducir a gente de su confianza en muchos altos cargos de la Iglesia del Monesvol y la nobleza pastafárica, con lo que la traición de Silvestre II al año de su llegada al trono no supuso demasiado trabajo.
La Debacle de los Pastafaris (1000-1024)
Como es conocido, Silvestre II se pasó al Cristianismo de repente y publicó la encíclica Pastafarica Debaclem que ordenaba de facto la extinción de todo rastro de pastafarismo en personas, animales o cosas.
Veinticuatro años duró la persecución implacable. Nadie tuvo piedad de los pastafaris, ni siquiera dentro de las familias. Se trazó un plan maestro en el que, para evitar la vuelta de esa religión, muchos héroes se convertían en demonios (como Belcebú, Satanás, Barrabás, Lucifer), o si eran demasiado importantes se borraban definitivamente de las listas, y su simple mención causaba ejecuciones (Rataube, Onipsis, Krusher y por supuesto Frikipedio).
Los templos, bellísimos templos, fueron reducidos a cenizas o transformados en lugares cristianos. Los palacios ardieron y también las bibliotecas, gimnasios, termas… nada quedó en pie.
Finalmente, solo un par de inscripciones descuidadas en Grecia y el Corpus Frikipedicum en Gondwana quedaron como testigos mudos de la gran persecución. Hasta la propia encíclica que ordenaba el fin del pastafarismo fue destruida. Sí. Todas las copias.
Luego los monjes cristianos, que sustituyeron a los pastafaris, y la Iglesia Católica, que adquirió en pocos años todo el poder de la antigua Iglesia Pastafari, superándola incluso, se encargó de adaptar el relato histórico a su mayor conveniencia.
El resto es Historia.
¿Sabía que…
…las Guerras Pastafaris, pese a su indudable realidad histórica siguen siendo negadas por la Wikipedia?
…la guerra tal como la entendemos hoy comenzó en estas batallas?
…de no ser por el empeño de Sergio II en compartir los templos con los cristianos, hoy probablemente tendríamos orgías en lugar de Semana Santa?
La Religión
Orígenes
Los orígenes de la religión propiemante dicha se pierden en el tiempo, aunque lo más probable es que comenzase cuando el capitán pirata Mosey recibió Los Ocho que Realmente-me-gustaría-que-no-hicieras, ya que no hay indicios de que MonEsVol diera ninguna orientación a la humanidad antes de este momento. A partir de aquí, el número de pastafaris ha crecido constantemente hasta la edad de oro de la piratería; sin embargo, justo después, la persecución por las religiones rivales los dispersó, forzando a los pastafaris a ocultarse.
Renacimiento
En 2005, el profeta Bobby Henderson fue llamado por el Monstruo de Espagueti Volador para revivir la religión entrando en las escuelas estatales de Kansas como parte del plan de estudios. Esto dio lugar a la famosa carta abierta enviada a la Junta de Educación del Estado de Kansas. Aunque finalmente falló en su tarea, Bobby se convirtió en una figura de proa del Pastafarismo. Se calcula que sólo había unos 10 millones de pastores en este momento de la historia, creciendo rápidamente con la ayuda de su nuevo profeta.
Líderes
Mosey
La primera persona que aprendió de Su Tallarineidad fue el heroico pirata Capitán Mosey de la buena nave Lasaña.
Nacido en Egipto, Mosey era hijo de un cocinero de mar, que fue asesinado un día en el mar por el vicioso rey pirata, Blackhook. Cuando Mosey se enteró de la muerte de su padre, se construyó una balsa y trató de perseguir a Blackhook. Sin embargo, él llegó a una isla frecuentada a menudo por la tripulación del rey pirata y fue pillado.
Después de tomar a Mosey como rehén, Blackhook le dio una cena de fideos mal cocidos con hidromiel, enviando a Mosey a un estupor delirante. Al principio, viendo visiones de elefantes, strippers y enanos, finalmente Mosey vio una imagen que nunca olvidaría: un monstruo gigante, hecho de espaguetis, flotando sobre un mar estrellado. El monstruo se acercó a Mosey y le dijo: «No tengas miedo, yo soy tu Dios».
El monstruo pronto reveló a Mosey que se había ocultado del mundo a propósito, «para que no se muestren incrédulos com mi aparición». Después le dijo a Mosey que iba a ser «mi profeta, mi mensajero al pueblo, que les dará noticias de mi venida y se regocijarán con ellos». Cuando Mosey exclamó que no tenía ni el valor ni la personalidad de ser el mensajero de un dios desconocido, el monstruo respondió: «Hijo mío, no tengas miedo, yo, el único, verdadero y altísimo Dios, te guiaré».
El Faraón Ptolomeo XII emitió una proclamación sobre la creciente amenaza del Pastafarismo. Después de ser abandonado en una isla desierta por los piratas, Mosey tomó la iniciativa: atrapó a un par de tortugas marinas y las amarró con el pelo de la espalda para hacer una balsa. Luego viajó a la ciudad portuaria más cercana, Cyrene, donde expuso a toda la gran visión que había tenido del Monstruo de Espagueti Volador. El pueblo, creyendo que era un signo muy sagrado, se levantó contra Blackhook cuando llegó al puerto y destruyó su vasta flota de barcos, matando a Blackhook en el proceso.
Ahora, libre de su vicioso tirano, Mosey llevó al pueblo, sus nuevos seguidores, a una montaña cercana, el Monte Salsa, donde, en la parte superior, Monesvol habló con Mosey y le dio 10 tablillas de piedra sobre las que se expresaron los deseos de Él. Desafortunadamente, Mosey dejó caer dos de las piedras en el camino, bajando de la montaña, dejando a los ocho «Realmente-me-gustaría-que-no-hicieras». Se cree que esta es la razón trás los débiles estándares morales de su pueblo.
La gente de Mosey se convirtió en los primeros Pastafaris, y compró una embarcación de la marina romana, que consideraron un recipiente misionero, llamándolo Lasaña. Empezaron a vagar por los mares, asaltar barcos y secuestrar a jóvenes romanos para convertirse; si no lo aceptaban, serían retenidos por un rescate a un precio ridículamente bajo, que nadie cuestionaba jamás. Lamentablemente, esta sería la causa de la caída de Mosey.
Un joven Julio César planeó hacer un viaje a Grecia por mar. Desgraciadamente para él, los pastafaris se apoderaron del barco en el que estaba en el año 75 A.C. (Año Tallarinesco 1), secuestraron a César y lo arrestaron pidiendo rescate. César se sintió insultado por lo que se pedía por su rescate, que fue insultantemente bajo, y prometió crucificar a la tripulación del Lasaña tras su liberación. A su insistencia, Mosey elevó el rescate a un nivel de acuerdo con su posición: los amigos de César aceptaron pagar la suma inmediatamente. Después de que pagase por su libertad, reunió a un pequeño ejército que capturó a Mosey, junto con algunos de sus amigos más cercanos, y lo crucificó. Entonces desmantelaron el Lasaña y la vendieron como chatarra.
Según el profeta Ragu, uno de los que pudo evadirse de las fuerzas de César, las últimas palabras de Mosey fueron: «Muere, señor, ¿por qué, eso es lo último que haré?». Su cuerpo fue quemado y sus cenizas esparcidas a los cuatro rincones de la tierra por los restos de la tripulación del Lasaña, considerada la primera comunidad Pastafari.
Ragu
El gran profeta Ragu, el único verdadero heredero del profeta Mosey, nació en la ciudad portuaria de Cirene de un granjero local, que lo crió para seguir sus pasos. Ragu, sin embargo, no podía funcionar en la sociedad normal, ya que sufría de ataques epilépticos que constantemente lo excluían de la comunidad.
A la edad de diez años Ragu fue parte de un milagro, realizado por el pirata Mosey; acababa de llegar a Cirene y estaba predicando la buena noticia de Monesvol. Como señal, Mosey tocó la cabeza del niño con algunos fideos mojados que habían sido sumergidos en la salsa bendecida a través del MEV; la epilepsia de Ragu nunca volvió. Pronto se convirtió en un devoto seguidor del pirata, inspirando al pueblo a levantarse contra el rey pirata Blackhook cuando llegó a Cirene.
En casi todos los momentos más grandes de su religión, Ragu estaba allí. Cuando Mosey subió a la cima del Monte Salsa para recibir a la palabra del Monstruo de Espagueti Volador, Ragu estaba allí, manteniendo a la gente tranquila, con palabras de sabiduría. Cuando llegó el momento de que Mosey comprara un buque misionero, Ragu eligió el que usarían, incluso bautizándolo como Lasaña.
Después de 12 años en el mar, Ragu fue uno de los que sobrevivieron al ataque en el buque Pastafari, convirtiéndose pronto en el líder espiritual de este grupo de personas también. Después de componer una serie de oraciones a MEV, Ragu llevó a su gente de las costas del Mediterráneo y en lo que es ahora Arabia Saudita, vagando por el desierto y la mayor parte de Irán durante 47 años hasta que finalmente llegó al pie del Himalaya, punto en el que comenzaron a construir la ciudad santa de Hanuwumdra.
Tras erigir el edificio de Hanuwumdra y componer más de 500 himnos y plegarias desde la quema del Lasaña, Ragu murió en el año 26 D.C. (Año Tallarinesco 101), prometiendo en su lecho de muerte que un Elegido Linguini vendrá… de hecho ya llega, muy pronto… y el apóstol tallarinesco del Monstruo de Espagueti Volador lo guiará siempre… y será conocido el momento en el que llegue… y su nombre será…
En ese momento, Ragu murió, dejando su profecía inacabada. Hasta el día de hoy, la mayoría de las sectas de Pastafarismo esperan el momento de llegada del Linguini Elegido, esperando a ser reconocido en su llegada.
Sin embargo, otra secta cree que ya ha venido e ido, en el personaje de uno de los discípulos más famosos de la religión: Ishmali Camuwundra.
Ishmali Camuwundra
El discípulo Reverendo Ishmali Camuwundra nació en la ciudad de Hanuwumdra en el año 7 A.C. (Año Tallarinesco 68), hijo de un indio convertido a la nueva religión del Pastafarismo. En ese momento se estaba construyendo la ciudad de Hanuwumdra y su padre era uno de los trabajadores de la ciudad. Mientras vivía allí se adoctrinó y rápidamente extendió su nueva creencia de Monesvol a su hijo. En su juventud, Ishmali se quedaba despierto muchas noches escribiendo, sobre pergaminos, nuevas formas de glorificar al Monstruo de Espagueti Volador.
Cuando Ishmali tenía ocho años su padre fue asesinado cuando la cúpula de oro del Templo del MEV se derrumbó mientras los obreros estaban construyendo el altar. Posteriormente, al no tener ninguna familia con la que hablar, Ishmali fue acogido por el anciano líder religioso Ragu, que le enseñó los ideales sagrados de Monesvol. Y Ishmali creció en sabiduría y estatura, a favor de Monesvol y los hombres.
El momento en el que la ciudad de Hanuwumdra fue finalmente completada fue cuando Ishmali cumplió 33 años y su mentor Ragu murió, después de una larga enfermedad. En su lecho de muerte, Ragu predijo la llegada de un Linguini Elegido, al que el pueblo conocería cuando él llegara, pero el viejo profeta murió antes de que pudiera decir el nombre del venidero. En consecuencia, hubo mucha discusión sobre quién podría ser este Linguini Elegido. Después de mucho debate y sugerencias de que podría ser el difunto profeta Mosey o la comunidad Pastafari como un todo, algunos miembros de la fe comenzaron a sentir que Ishmali Camuwundra podría ser el candidato.
Las razones para creer esto son plausibles: Ishmali siempre había sido un fiel seguidor del MEV, y había sido autor de muchos tratados sobre el bien que hizo Él. Era un discípulo fiel de Ragu y había sido nombrado como uno de los candidatos para suceder al viejo profeta como cabeza religiosa de la comunidad tras su muerte. Incluso llegó a ser lo suficientemente popular como para ser conocido por su nombre a todos en la ciudad de Hanuwumdra.
Pero no se hizo evidente para algunos hasta que Ishmali salió de su reclusión de 30 días después de la muerte de Ragu. En el transcurso de un solo mes, había ocurrido un cambio sorprendente en la apariencia del joven: se había vuelto pálido y magro, sus ojos marrones llamativos habían crecido ictéricos y vidriosos y, lo más llamativo de todo, su lujoso cabello negro había cambiado al color de la pasta. Esto fue suficiente para que algunos comenzaran a elogiarlo como el Linguini Elegido.
Ishmali, sin embargo, no hizo ningún anuncio. No dijo una palabra acerca de ser el supuesto mesías, sino que siguió viviendo la vida como si no hubiera sido interrumpida. Si una mujer le gritaba «¡Oh, Elegido Linguini!» en las calles, él simplemente la acariciaba como si fuera un vecino amistoso y estuviera en su camino. Si un hombre se arrodillaba delante de él en la calle y le rogaba que lo bendijera, le daría una palmadita en la cabeza y se alejaría; el Hombre se quedó maravillado por la maravillosa sagacidad del Linguini Elegido.
Aunque Ishmali no hizo nada, el culto incesante sobre él por parte del pueblo, fue suficiente para calentar al nuevo líder religioso de la ciudad, Subh-i-Wayh. Temiendo por su posición, ordenó la detención de Ishmali. Lo intentó en el Templo del MEV, pero un voto de sus conciudadanos encontró a Ishmali inocente; aún así, Subh-i-Wayh lo hizo ejecutar de todos modos.
Al amanecer del día siguiente a su arresto, Ishmali fue llevado a una olla grande, donde fue colocado. Preguntado si tenía alguna última solicitud, murmuró desde la olla: Perdone… perdónalos Monstruo de Espagueti Volador… no saben lo que hacen
. Momentos después fue vertido sobre él espagueti, se le añadió agua y finalmente se encendió un fuego bajo la olla. Ishmali fue cocinado vivo, mientras toda la gente lo observó con horror. Un Subh-i-Wayh triunfante comió después esa misma pasta, Ishmali y todo.
Después de esto, los que habían reverenciado a Ishmali como el Linguini Elegido, ahora llamándose Lingüisnistas, dejaron Hanuwumdra para ir un lugar donde pudieran adorar al muerto en paz. El resto de la ciudad, obviamente no creyendo que Ishmali era el venidero, se disgustó de que tal suerte le sucediera a un hombre que no había hecho nada malo en absoluto, se levantó contra Subh-i-Wayh desterrándolo a las montañas, donde presumiblemente murió.
La gente entonces eligió a Nin Jhah, un hombre justo que era bien conocido en la comunidad, como su nuevo líder religioso. Aunque no adoraban a Ishmali como una figura divina, ellos, en cambio, reverenciaron sus numerosos escritos sobre Monesvol y mantuvieron su Palabra siempre en sus corazones.
Nin Jhah
Un hombre justo, de fuerza prodigiosa, Nin Jhah, nació como hijo de un pobre zapatero. Cuando no estaba aprendiendo de su padre, el joven Nin estaba observando al profeta Ragu entre la gente.
Habiendo crecido para suceder a su padre en el comercio, Nin «el zapatero», era buen conocedor del negocio para los clientes potenciales que lo visitaban. Con aforismos tales como el viento que sacude la cebada no perturba el lúpulo
, Nin rápidamente se convirtió en un popular habitante de Hanuwumdra. También fue reconocido por su habilidad increíblemente combativa; para el asombro de la gente del pueblo, una vez luchó contra toda una banda de forajidos usando nada más que un colador.
En el año 26 D.C. (Año Tallarinesco 101), después del exilio de Subh-i-Wayh del poder, después de la ejecución del sabio de renombre Ishmali Camuwundra, Nin Jhah fue elegido por aclamación para tomar el asiento del poder religioso en la ciudad.
Durante sus primeros meses en el cargo, todo estuvo bien; el pueblo estaba en paz, el Monstruo de Espagueti Volador estaba en su Cielo, y todo estaba bien en el mundo. Todo eso cambió, sin embargo, después de la enfermedad repentina de Nin Jhah.
Después de regresar de una caminata a las montañas, Nin Jhah se afligió con una enfermedad vil, lo que lo llevó a fervor delirante y causó una erupción horrible que le apareció por todo el cuerpo. Estuvo en cama durante cuatro meses, a menudo rondando entre la vida y la muerte. Cuando finalmente se recuperó, la gente suspiró aliviada.
Eso cambiaría, por desgracia.
Aunque Nin se había recuperado de la enfermedad, su mente no lo había hecho; se había trastornado y enloquecido. Además, la espantosa erupción le había desfigurado su cuerpo de una manera terrible, obligándolo a vestirse todo de negro, incluso con sus ojos cubiertos por tela.
Inmediatamente pidió que se formara una nueva fuerza de defensa (aunque no había existido antes), tanto por miedo a los enemigos percibidos como por la paranoia extrema en general. Tras ordenar a la fuerza de defensa (compuesta por los más físicamente aptos de la ciudad) a vestirse de manera idéntica a él, decretó que todo Hanuwumdra debía vestirse de esta manera.
El pueblo enfurecido por el hecho de que la herencia de su religión estaba siendo despreciada como tal, comenzó a vestirse con trajes piratas flamboyantes, en protesta por el nuevo código de vestimenta. Cuando Nin Jhah se enteró de esto, ordenó a los que vestían de la forma más extravagante que se presentasen ante él.
Preguntándoles por qué le estaban desobedeciendo, ellos respondieron: ¿No podemos cuestionarte, Nin Jhah?
Dejándolo sin una respuesta apropiada, él contestó: ¡Espero mataros pronto!
Nin ordenó entonces, a sus subordinados vestidos de negro, que los arrojaran desde la parte superior del Templo del MEV. La población en general, sorprendida de que esto sucediera, se levantó en armas contra Nin Jhah, de camino a su palacio.
Después de ser confrontado en masa, Nin Jhah ofreció a la gente una opción razonable: aquellos que se sometiesen al código de vestimenta y admitieran que estaban más elegantes que con los trajes piratas podrían quedarse; aquellos que se sentían más apegados a la vestimenta pirata podrían trasladarse al otro lado de la ciudad, donde podían llevar lo que les daba la gana. El Templo del MEV sería dividido por la mitad: cada secta podría disfrutar de sus servicios en cada uno de los lados.
Una vez la gente lo pensó, acordaron que era una buena idea y la ciudad quedó dividida: la mitad, la sección controlada por Nin Jhah, permaneció en Hanuwumdra; la otra mitad, la sección poblada por los que se vestían como piratas, sería renombrada Pastafaria (de ahí, el nombre de la religión).
Una pequeña secta, sin embargo, quería seguir las enseñanzas y el entrenamiento de Nin Jhah pero no renunciar a su amado estilo de vida y vestuario pirata. Se llamaban los Piratas de Nin Jhah (ahora conocidos como Ninja-Piratas). Ellos cedieron ante todas estas luchas internas y se fueron a la tierra olvidada de Manvradoria.
Alfredo de Spag-Hetti
Tras el traslado de la secta de Nin Jhahista al Lejano Oriente durante las Cruzadas, no fueron redescubiertas hasta 1403 (Año Tallarinesco 1478), cuando Alfredo de Spag-Hetti, un comerciante de Parma, recibió copias de los textos sagrados de la secta de un comerciante árabe.
Intentando traducir el mensaje encontrado, para llevarlo a las gentes de Italia, Alfredo inconscientemente tradujo incorrectamente el nombre del líder de la secta como el nombre de la secta, dando a conocer al mundo el nombre que temería por encima de todos los nombres: Ninja.
Barry Foster
Una figura notable, pero sobre todo pasada por alto en la historia de la fe, es el profeta Barry Foster, quien tomó su nombre apostólico, Ishmali, del gran y devoto discípulo Ishmali Camuwundra, que evidentemente no tenía necesidad de él.
Nacido en la pequeña ciudad de Gympie, Queensland, en 1896 (año Tallarinesco 1971) de una familia agnóstica y más tarde recibiendo la fe mediante el testimonio de una aparición particularmente vívida poco después de caer accidentalmente en un barril de hidromiel, el profeta Barry dedicó la última mitad de su vida a la tarea de adivinar la intención de El Volador a través de sueños y visiones – transferida a él a través de un loro que guardó en el bolsillo del pantalón – y que luego tradujo a papel como un compendio de profecías.
La publicación resultante, «Testamento de un Discípulo Envidioso de Fideos», al principio recibió poco reconocimiento, pero convirtiéndose en una pseudo-biblia de la fe poco después de la desafortunada y ligeramente extraña muerte de Barry, atropellado por un tranvía eléctrico en 1936 (Año Tallarinesco 2011) momento en el que el tranvía eléctrico fue desenchufado inmediatamente.
Lamentablemente, la popularidad de sus escritos comenzó a disminuir hasta el punto de oscuridad en la década de 1950 debido al hecho de que ninguna de las predicciones parecía intención de convertirse en realidad. Tomemos, por ejemplo, una de sus más notables profecías con respecto al fantástico Gran Artefacto:
(10: 3-5) Sí, así sucederá que Él descenderá hasta la mismísima tierra y Él tocará las arenas contaminadas con su apéndice divino y tallarinesco y Él dibujará en la arena y el dibujo que Él dejará sobre la arena explicará cómo construir el Gran Artefacto. Y el Gran Obstáculo será construido por Sus humildes Hijos que habitan sobre la tierra sobre la cual se deposita la arena contaminada… (10: 15-21) Así también, el Gran Artefacto servirá a los niños humildes y los transportará a todos los rincones del mundo en la mitad del tiempo que el avión propulsado más rápido creado en la historia contemporánea, por lo que no habrá más necesidad de consumir comida durante el vuelo, ni de liárse con la malvada azafata en su traje ofensivo que revela los pantorrillas de sus piernas blancas, bien formadas, suaves y blancas y sus juveniles nalgas curvas que llaman como una sirena al alma misma de un hombre devoto, y sus pechos. ¿Mencioné los pechos? Oh sí, los pechos. Redondos, firmes, puntiagudos… (10: 28-33) Y este Gran Artefacto no necesitará combustible y no tendrá alas. Tampoco su uso exigirá el pago de una tarifa, y sus hijos no tendrán más necesidad de viajar a través de la tierra o el mar, no, sino sobre los vientos del aire como lo hace Él, y habitará sobre las nubes en las grandes ciudades flotantes lejos de la sucia arena de la tierra, sobre la cual arrastrará a los hijos malos, y a las malvadas azafatas, excepto aquellas que Él vea conveniente permitir que visiten las ciudades sobre las nubes, por razones de firme disciplina… (10:45) Con forma redondeada… (10:63) Y como está escrito, así ocurrirá mientras yo viva.
Los críticos señalan que, contrariamente a su cita «así ocurrirá mientras yo viva», esta predicción, así como cualquier otra predicción, permaneció insatisfecha en el momento de su muerte en 1936. Esta crítica es fácilmente refutada, sin embargo, por la conclusión lógica que su declaración «mientras yo viva» nunca quiso definir el tiempo del cumplimiento de la profecía, sino que de hecho era una condición del cumplimiento; si él vive, entonces todo sucederá. Si no vive, entonces no lo hará. Claramente, como ninguna de sus predicciones ha llegado a pasar, y como ya no vive, la historia demuestra la asombrosa exactitud de su capacidad profética.
Tal vez la mayor contribución del profeta Barry es su explicación de por qué Nuestro Creador diseñó el mundo de tal manera que aquellos que buscan profundizar en la ciencia de la naturaleza se confundirían y se desviarían por la abrumadora «evidencia» que apoya la teoría de la Evolución. Muchos se han preguntado por la sabiduría de tal diseño, y por qué Él sentía la necesidad de engañar a Sus curiosos Hijos, cuando Él podría haberlos dejado buscar en vano, o quizás suministrado pruebas que demostrarían sin duda que Él ciertamente creó todas las especies, saciando así la curiosidad de los que buscan la verdad y dejándolos vivir en paz con el seguro consuelo de la fe y evitando tal división, prejuicio y odio entre Sus Hijos que ha resultado del descubrimiento de la evidencia Evolutiva. La conclusión del Profeta Barry es sucinta: Bueno, obviamente Él es un poco un idiota
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