Los Piratas, como ya sabrá el lector, son Su Pueblo Elegido, aunque su número ha ido menguando desde el siglo XVIII. En consecuencia, encontramos que el calentamiento global, los terremotos, huracanes y otros desastres naturales, son resultado directo de esta merma en el número de Piratas. Para ilustrar este hecho, he incluido este bien conocido gráfico de un estudio reciente:
Como se puede ver hay una significativa relación estadística inversa entre los Piratas y la temperatura global. Pero por supuesto no todas las correlaciones son causales. Por ejemplo, echemos un vistazo a estas correlaciones aparentes respecto a la propuesta del DI:
Yo, por ejemplo, me inclino a creer de que esto es solo una extraña coincidencia, y que muchos de los creyentes en el DI no son necesariamente tan retrasados como los datos indican. Es completamente posible que el Monstruo Volador de Espagueti haya dispuesto esta coincidencia con objeto de confundirnos igual que con nuestros verdaderos orígenes. Puede que nunca lo sepamos.
De los Piratas a las Personas
Cualquier discusión sobre la Evolución terminará conduciendo hasta nosotros. Los humanos hemos estado por aquí desde que tenemos memoria, y aun así los evolucionistas les dirán que no es así. Les dirán que los humanos y chimpancés comparten un antepasado común de hace unos cinco millones de años, y que «divergieron» desde ese antepasado común y luego unos inventaron la lanzadera espacial mientras que otros inventaron «el palo». Para apoyar esta tesis, los científicos nos dicen que compartimos el 95% de nuestro ADN con los chimpancés y, sin embargo, compartimos el 99,99% de nuestro ADN con los Piratas. Y yo les pregunto a ustedes, ¿cuál es más lógico que sea nuestro antepasado común? ¿Y no son los Piratas el Pueblo Elegido del MEV? ¿Por qué perdemos tanto tiempo hablando sobre algo que no ocurrió mientras el MEV hace oscilar Su Apéndice Tallarinesco justo frente a nuestras narices?
Sin embargo, seguiré con esto un poco más, y examinaré el cuerpo humano, específicamente los órganos que han sido considerados «vestigiales», o inútiles, como resultado de haber perdido su función tras milenios de Evolución.
Muelas del juicio
Falacia: Estos dientes que aparecen en la etapa adulta se cree que sirvieron como superficies extra de masticación para el hombre primitivo, que, antes de la aparición de un correcto cuidado dental, solía haber perdido la mayor parte de los dientes a mediados de sus veinte años.
Hecho: Es bien sabido que nuestros antepasados Piratas tenían una dieta mucho más dura y varonil que las actuales. Además, acostumbraban a llevar los cuchillos bien agarrados con la boca. Es lógico, pues, que necesitasen dientes extra.
Pezones masculinos
Falacia: Los científicos creen que todos los humanos tenían pechos, o «ubres», allá por la Edad de Piedra.
Hecho: Los pezones masculinos servían a los Piratas como estaciones metereológicas portátiles. Con los pezones eran capaces de determinar la dirección de los vientos alisios y, dependiendo de lo que se empitonasen, el frío en el exterior.
Piel de gallina
Falacia: La propaganda evolucionista puede haberle hecho creer que la piel de gallina es una respuesta atávica e inútil, sea emocional o relativa al clima, que en su momento tenía por objeto erizar el pelo de nuestros ancestros haciéndolos parecer más grandes y amenazadores.
Hecho: La piel de gallina es una capacidad hábilmente disfrazada que permite una mayor flotabilidad a un Pirata que cae al agua helada. En cuanto se manifiesta, incrementa el área de superficie, y por tanto aumenta la flotabilidad. Esto hacía que los Piratas flotasen mejor, algo muy útil a nuestros ancestros, que a veces se encontraban sin barcos. Por supuesto, la piel de gallina parece ser un reflejo vestigial, pero en realidad es la sociedad la que ha cambiado.
El apéndice vermiforme
Falacia: Es el resto de un saquillo interno cuya función era fermentar las plantas de difícil digestión de la dieta de nuestros ancestros.
Hecho: El apéndice era un inteligentes sistema de saquillo interno utilizado por los Piratas para esconder su oro. También es la inspiración para el dicho «ahora os vais a jiñar», con el que los Piratas exigían botín a los Piratas vencidos una vez habían abordado sus barcos.
Coxis
Falacia: Los evolucionistas afirman que el cóxis, rabadilla o hueso del culo, que no tiene utilidad documentada, es un resto poco común de un hueso más largo que pudo haber formado parte de una cola ancestral, homóloga en funciones a la de otros primates.
Hecho: Humanos con cola… ¿Es que los científicos se endrojan? ¿No podría haber servido el coxis para otras cosas? He realizado una cuidadosa investigación sobre este asunto, y comparado el coxis con otras poco habituales prominencias óseas en animales, y la bibliografía me ha conducido a una única y abrumadora conclusión. Muchos animales tienen cuernos en las cabezas, y no se piensa que sean los restos de una prominencia ósea más grande, probablemente porque, a diferencia del coxis, los cuernos tienen una utilidad en nuestros días. ¿Y si el sentido original del coxis simplemente hubiese quedado como inútil en la cultura del presente? Si examinamos el coxis en detalle vemos que esta prominencia ósea es muy similar, si piensas en ello, a un cuerno, estructura usada por muchos animales para luchar. Propongo, pues, que el coxis no es el vestigio de una cola ancestral, sino que es un efectivo, si bien colocado en un sitio algo raro, mecanismo de defensa y lucha.
Imagino que dos oponentes, luchando por una mujer o la posesión de una cueva, podrían correr el uno hacia el otro con el culo en pompa, de forma parecida a la que los ciervos luchan con sus cornamentas. He denominado esto pelea de nalgas. Tiene sentido, si uno lo piensa, ya que te deja las manos libre para cargar con lo que fuera necesario, sobre todo comida o piedras.
Para abundar en la idea de que el coxis es un órgano para la lucha, y que algo del conocimiento sobre su utilidad ha sobrevivido culturalmente a través de los años, considere lo rápidamente que alguien huiría si usted corriese hacia atrás en dirección él mostrándole el culo. Propongo que los que duden de esta hipótesis lo pongan en práctica, y embistan con el culo a cualquiera que vean en los próximos días. Estoy seguro de que muchos, si no todos los objetivos, sentirán como mínimo mucho miedo. No veo otra explicación para que esto ocurra que la de que sabemos, inconscientemente, que el coxis es una arma, no una cola vestigial.
Otros rasgos vestigiales
Falacia: El genoma humano nos ofrece pruebas de que los humanos no fuimos creados ex nihilo, sino que tuvimos que evolucionar por sistema, igual que todos los demás animales. Para probarlo, los científicos señalan a montones de ADN no funcional, que incluyen a numerosos «pseudogenes» que fueron funcionales en algunos de nuestros antepasados pero no en nosotros. Un caso frecuentemente citado es el de la síntesis de la vitamina C. Aunque todos los primares, humanos incluidos, poseen el gen responsable de la síntesis de la vitamina C, el gen está inactivo en todos los miembros de la familia primate menos en uno: el hombre. Los científicos señalan esto como prueba de nuestro linaje común, aunque no puedo imaginarme por qué.
Hecho: Los Piratas, nuestros ancestros, vivieron en los trópicos, y comían mucha fruta.
¿Qué haría un pirata? ¿QHUP?
EN ESTOS TIEMPOS CONFUSOS, en los que el mundo se empequeñece y las trampas de la sociedad moderna (tablets, ordenadores, smartphones, videojuegos, impuestos, guerras, pornografía y cenas de microondas) se amontonan a nuestro alrededor, a menudo las personas se sienten perdidas. ¿Dónde encajamos nosotros en este mundo moderno? ¿Cuál es nuestro propósito en la tierra?
Muchos están sumidos en una eterna confusión, debatiéndose entre un exceso de opciones a elegir. Tal vez se sienta usted así ahora mismo.
Si es así, no pierda la fe. En vez de eso, cierre los ojos y piense cómo sería regresar a una época más simple, cuando las opciones eran menos, cuando la vida pasaba en largos días bajo los tibios rayos sol, y los hombres tenían los pies en la tierra. Aunque uno de ellos fuera una pata de palo.
Si la vida le abruma, simplemente pregúntese: ¿Qué haría un pirata?
Esta pregunta lo conducirá, sin duda, por un camino que comienza en la taberna de su barrio, donde le está esperando la primera respuesta…
1. UN PIRATA ECHARÍA UN TRAGO DE GROG.
Si bien el grog no es el pan del que se alimenta el hombre, sin duda es lo que necesita para evitar que ese pan se le atranque en la garganta. El grog abre la mente y libera el espíritu. Asímismo, relaja las inhibiciones, así que sea prudente con lo que busca para no acabar con gafas de grog, se le confunda la vista y cualquier moza le parezca un monumento. Demasiado grog puede conducirlo a tener cuestionables compañeras de camastro, y si encima se lleva un parche en el ojo, todavía se juega con más desventaja.
Una vez que la mente ha sido debidamente lubricada, se dará cuenta de que esta se torna errabunda. Eso es bueno, ya que una mente que divaga es una mente que busca algo. No obstante, si la mente deambula demasiado lejos, puede acabar haciéndose las preguntas equivocadas, o incluso olvidándolo todo. Lo que nos lleva a…
2. UN PIRATA SE AGENCIARÍA UN LORO
Los loros son bien conocidos en todo el mundo por repetir las palabras de los seres humanos (lo que se denomina «hacer el lorito»). Cuando un pirata no puede recordar lo que acaba de decir, siempre puede esperar un segundo o dos a que el loro repita sus palabras (por ejemplo, «¡Arrrgh! El garfio se me ha enganchado en la camisola de los domingos»). Un buen loro es esencial para una feliz y próspera vida dedicada al saqueo, pero en estos tiempos los loros son casi tan escasos como los Piratas. En caso de necesidad, puede usar un ordenador, un smartphone o incluso una agenda para que le haga el lorito.
Pero los ordenadores, smartphones, agendas y loros no son sustitutos de la auténtica afabilidad. Y beber solitariamente, incluso con un loro posado en el hombro, no es el comportamiento propio de un Pirata. Esto nos lleva al tercer paso:
3. REÚNA UNA BANDA DE BRIBONES.
Todos los grandes capitanes tuvieron una alegre banda de bribones que los ayudaban: sin dientes, sin afeitar… y sin colonia. Búsquese un grupo de gente de su calaña. Lo animarán cuando esté melancólico, y cuando lo ciegue la sed de sangre le pondrán los pies en la tierra. Contaba Barbanegra aquella ocasión en la que estaba realmente abatido, miró hacia atrás en la playa y solo vio un conjunto de huellas de un pie y una pata de palo. Lo que había pasado es que su mejor compadre, «Pataliebre», el segundo de a bordo, había cargado con él a lo largo de la costa. Vidas ejemplares.
Una vez que encuentre su grog, su loro y su banda de bribones, ya está listo para actuar como un verdadero Pirata. ¿Y qué es lo que más desea un Pirata? Un Pirata desea un barco Pirata…
4. SI NO PUEDE ROBAR UNO, FABRÍQUESE SU PROPIO BARCO.
Un pirata simplemente no es un pirata si no es dueño de una embarcación bien marinera. Puede llevar un parche en el ojo, puede incluso tener un loro, una pata de palo, pero el verdadero objetivo de cualquier pirata que valga su peso en doblones es tener un medio para viajar por los Siete Mares. Un barco le da un verdadero sentido a su existencia, le proporciona transporte y le abre el mundo. Sin un barco, no es más que un menda con un disfraz raruno.
Y ahora que tiene toda la parafernalia de un auténtico Pirata, ¿qué va a hacer con ella?
5. ¡BÚSQUESE UNA BUENA MOZA!
O, si es una buena moza, ¡búsquese un pirata! Las mozas y los piratas van de la mano, como el espagueti con la salsa boloñesa. ¡Ahora, a arar la mar océana, y a tomar lo que salga al paso!
El viaje es largo, y a veces la travesía puede ser monótona: se pasan largas horas con la misma alegre banda, se trasiega el mismo grog, se engullen gachas durante meses, y en el catre está la misma moza. Solo hay una manera de evitar el mal del Pirata.
6. EN CASO DE DUDA, ¡¡PILLAJE!!
La única manera de evitar la inacción es tomar medidas. Ojee los mapas y localice un tranquilo pueblo de pescadores.
¡Ahora saquéelo!
Busque una ciudad habitada por acaudalados nobles.
¡Y desvalíjelos!
Hoy en día es demasiado fácil sentarse y poner excusas. Pero si quiere ver lo que hay ahí fuera, salga a verlo. Y después pillaje, pillaje, pillaje.
Con estos principios básicos de Pirata, debería ser capaz de vivir sus días feliz y prósperamente. Sígalos en todo momento, recordando su importancia sobre todo cuando esté perdido o en dique seco. Y si, aun así, se encuentra incapaz de insuflar viento en sus velas, recuerde este último punto…
7. ¡¡¡ARRRGH!!!
Aceptar la vida Pirata es aceptar el eterno ¡¡¡Arrrgh!!! Sin eso, no será más que otro marinero de agua dulce.
Indumentaria Pirata
Un Pirata pastafari devoto siempre va con su indumentaria. Los piratas llevaban prendas de pirata en la antigüedad, aunque los pastafaris modernos lo hacen el Halloween (obligatoriamente) y al extender la evangelización o en otras fiestas.
Existe una indumentaria básica de cualquier Pirata:
El clima pirata llevó a que la muchos se valieran de una ropa cómoda, que no fuera excesivamente abrigada y que les permitiera protegerse hasta cierto punto del sol. A menudo a se realizaban las tareas de a bordo con el pecho descubierto o en su defecto solían usar camisas y en caso de mal tiempo, se protegían de las inclemencias con una casaca de lana.
Las piernas eran cubiertas con unas calzas o pantalones de marino, por lo general ambos holgados, permitiéndoles así una mayor libertad de movimientos. A veces tambiñen tenían medias largas hasta las rodillas, tal y como era común entre los habitantes del viejo continente. Los fajines eran comunes y al rodear la cintura en varias vueltas, permitían guardar en sus pliegues parte de su armamento, principalmente piezas pequeñas como pistolas, cuchillos…
Los zapatos eran los típicos de su época, que solían ser planos o con un pequeño tacón y generalmente se cerraban con una hebilla. Cubrir los pies ofrecía una importante protección en combate, ya que así se evitaba pisar las astillas y restos puntiagudos de metal que aparecían durante una pelea a bordo de un barco. De todas formas, también era común ver piratas descalzos durante los periodos de calma y mientras realizaban sus tareas en alta mar.
La cabeza se solía cubrir con un pañuelo, que era la opción más económica y facilitaba la realización de las tareas encaramado a los palos y las jarcias, aunque el uso de sombreros de todo tipo (de ala ancha, bicornios, tricornios, etc.) adornados con plumas y remaches también fue ampliamente aceptado entre ellos. Aunque más incómodos en combate, indicaban el estatus de su poseedor y que muy probablemente lo había obtenido tras haber acabado con su anterior dueño.
Perder parte de una pierna y sustituirla por una prótesis de madera era factible, pero a ello debe añadirse que, por lo general, la víctima tendría que valerse de una muleta para moverse. Una carga que hacía casi imposible defenderse en combate. Las patas de palo fueron una excepción, no una regla.
El uso de garfios es similar, perder una mano dificulta multitud de tareas que precisen de ambas, y en cuanto al combate tampoco ofrece una ventaja muy superior a estar armado con una daga de pequeñas dimensiones.
Los parches en el ojo suelen ser una parte esencial de los atuendos de los piratas, aunque en general no todos lo perdían. Es por esto que no es descabellado creer que algunos decidieran tapar con un parche o un pañuelo su ojo, aunque no debió ser un hecho habitual.
Indumentaria de Bucanero
La indumentaria básica de los bucaneros era la de telas bastas, guantes equipo y sombrero mosquitera.
Debido a su condición de cazadores, los bucaneros modificaron sus ropas al caluroso clima caribeño. La mayoría de las ropas utilizadas en el viejo continente estaban diseñadas para ofrecer una fuerte protección contra el mal tiempo, lo que hacía que la mayoría fueran inservibles una vez llegados a América.
Los bucaneros se valieron de nuevas ropas que les permitieran una mayor movilidad a la hora de cazar y al mismo tiempo que les protegiera de las inclemencias del tiempo. Los bucaneros optaron por unos calzones largos y camisas amplias, ambos hechos con tela basta, ropajes fáciles de remendar o incluso de conseguir mediante su compra a otros bucaneros o en las aldeas vecinas. Añadían a su conjunto unos guantes que les facilitaba la utilización de los diversos cuchillos para tratar y descuartizar las piezas, así como para moverse más fácilmente por las zonas más dificultosas de las islas en que se encontraran. Como último punto también era común que se ataviaran con una gorra para protegerse del sol y la lluvia.
Indumentaria de Capitán
Los capitanes de los barcos piratas eran los que hacían una mayor ostentación de riquezas y prendas mientras estuvieran al mando. La posibilidad de guardar sus pertenencias en un camarote, implicaba la posibilidad de poder guardar ciertas mudas y abalorios y así elegir los que más le interesaran dependiendo de la situación. No por ello tenemos que creer que los capitanes iban ataviados hasta arriba de joyas, sombreros con plumas de varios colores y chaquetones largos profusamente decorados con charreteras.
La mentalidad europea se valdría durante los siglos XVII y XVIII principalmente de la vestimenta como uno de los elementos diferenciadores entre clases. Ese ideal se mantuvo entre los piratas de su tiempo y por ello se buscaría hacerse con las mejores ropas de los cautivos tras un ataque, con objeto de ascender dentro de la pirámide social. Los capitanes al ostentar el mando, tendrían acceso a las mejores prendas y por tanto su figura, al estar por lo general, más engalanada que la del resto de tripulantes, le diferenciase del resto de sus allegados.
Peinado
Se seguía el ejemplo de la mayoría de los marinos europeos, es decir, cortárselo a menudo con la intención de evitar el calor que una melena da en un clima como el caribeño, así como para evitar los picores producidos por las pulgas y chinches.
En caso de que decidieran dejárselo largo, lo usual era que se lo recogiesen, mediante coletas, trenzas o cintas de tela/bandanas a la hora de realizar determinadas actividades o de entablar combate. Esto más que una cuestión estética, que tampoco sería de extrañar, fue principalmente práctica. Debido a que durante los momentos de lucha, el pelo suelto se suele meter por la boca y ojos dificultando cualquier acción, puede ser usado también por el enemigo para agarrarlo y tumbar a su adversario, el cual desde el suelo apenas es capaz de defenderse.
Armas
Las armas que utilizaban los piratas, corsarios, bucaneros, filibusteros, estaban en consonancia con las épocas en que vivieron. Especialmente hubo muchos piratas en los siglos XV-XVIII. Y eran las efectivas con su deseo asaltar y robar los barcos. Se disparaban sobre todo al inicio del abordaje, ya que en la lucha cuerpo a cuerpo no daba tiempo de recargarlas.
Las armas blancas piratas eran cuchillos, espadas, lanzas, hachas de abordaje, espolones, chuzo, alabarda, etc. Las más empleadas eran las más fáciles de utilizar a bordo de un barco.
Las principales armas de fuego que utilizaban los piratas eran la pistola, arcabuz, arcabuzillo, mosquete etc. La precisión de sus armas de fuego era muy escasa a larga distancia, eran de un solo disparo, y se tardaba demasiado tiempo en recargarlas. Por otra parte al pretender los piratas y corsarios, apoderarse tanto del barco, como de la carga y de los pasajeros importantes, utilizaban las armas que no dañase sus futuros bienes.
Utilizaban los cañones lo imprescindible, lo imprescindible para romper el velamen del barco y evitar que huyera, pasando a continuación al abordaje. Cuando alcanzaban el barco, realizan el abordaje.
Con las hachas, alabardas y chuzos rompían el velamen para inmovilizarlo, y tras un primer disparo de arcabuces, pistolas y mosquetes, pasaban a la lucha cuerpo a cuerpo con armas blancas como cuchillos, dagas, alfanje, espadas, etc.
Los piratas siempre estaban fuertemente armados y se quedaban con las armas de conseguían en sus asaltos. En vez espada o sable de grandes dimensiones que necesitan mucho espacio para que sea efectiva preferían las espadas cortas o alfanjes, muy eficaces.
Alfanje
Alfanje, es un termino genérico, aunque había de diferentes tamaños. Solía ser una espada corta, ancha y corva, generalmente de un solo filo. Muy utilizada en el abordaje en alguna de sus variantes.
Daga
La daga, es un arma blanca, de doble filo, con protección en el puño, de tamaño intermedio entre un puñal y una espada.
Hacha
El hacha se utilizaba más que para el combate para inmovilizar el barco una vez abordado, rompiendole las velas. De esta manera aunque quisieran maniobrar el barco, este no respondía al viento ya que no tenía velas enganchadas y por tanto no podía huir, y alejarse de los piratas..
Alabarda
La alabarda, era un arma alargada de unos 2 metros de longitud, con punta de laza. En la parte superior, por un lado tenía un hacha de gran superficie, y por el otro una punta con ganchos.
Espontón
El espontón, era una lanza de unos 2 metros de longitud, con punta de forma de hoja o corazón.
Chuzo
El Chuzo, era una lanza de pequeña longitud, con punta de un hierro redondo. Ideal para el abordaje.
Día Internacional de Hablar como un Pirata
El Día Internacional de Hablar como un Pirata (DIDHCUP) es un día festivo celebrado a partir de 1995, que proclama que el 19 de septiembre de cada año sería el día en que todo el mundo debería hablar como un pirata. Por ejemplo, una persona que celebre este día festivo no saludaría a sus amigos diciendo «Hola», sino que diría «¡Ahoy, amigo!».
El actor Robert Newton, que se especializó en interpretar papeles de pirata, está considerado como el «Santo patrón» del Día de Hablar como un Pirata. Newton interpretó a Long John Silver en la película La isla del tesoro de Disney en 1950; y también en la película australiana Long John Silver, de 1952. También interpretó a Barbanegra en la película de 1952, Barbanegra, el Pirata. Newton nació en Dorset y fue educado en Cornualles, y es su dialecto del país del oeste, que usó al actuar como Long John Silver y Barba Negra, lo que algunos consideran como el estándar del acento pirata.
El grito arquetípico de un pirata, «¡Arrr!» (alternativamente «¡Rrrr!» o «¡Yarrr!») apareció por primera vez en la ficción en 1934, en la película La isla del tesoro con Lionel Barrymore, y fue usada por el personaje en la novela de 1940 Adam Penfeather, Bucaneer, de Jeffrey Farnol. Sin embargo, se popularizó y es ampliamente recordado por su uso por parte de Robert Newton en el clásico de 1950, La isla del tesoro. Se ha especulado con que el sonido «rrr» se ha podido asociar a los piratas debido a la localización de los principales puertos en la zona suroeste de Inglaterra conocida como West Country. El habla de esta zona en general, y de Cornish en particular, pudo haber tenido una influencia muy importante sobre el habla náutica de los británicos en general. Esto se puede ver en la opereta The Pirates of Penzance, de Gilbert y Sullivan, que tiene lugar en Cornualles; aunque en la obra no se usó el término «arrr», los piratas usaban expresiones con muchas «rrrs», tales como «¡Hurra!» y «¡Vierta el jerez, pirata!».