La Religión Pastafari o Iglesia del Monstruo de Espagueti Volador (Church of the Flying Spaghetti Monster) o Pastafarismo, es una religión internacional revelada primero al pirata Mosey y posteriormente al profeta Bobby Henderson en 2005 cuando se encontraba denunciando la decisión del Kansas State Board of Education por la difusión de la hipótesis del diseño inteligente, impulsada por sectores políticos y religiosos conservadores, y a las corrientes de opinión que pretendían su equiparación con teorías aceptadas por la comunidad científica como la de la evolución biológica. Henderson remitió una carta abierta al Consejo, en la que expresaba su fe en una deidad creadora sobrenatural, semejante a una enorme bola de espagueti con albóndigas. En consecuencia y tras la revelación, solicitaba que la teoría de diseño inteligente defendida por el pastafarismo fuera también enseñada en las clases de ciencias.
En 2006 aparecieron los primeros escritos del Evangelio del Monstruo de Espagueti Volador, revelados al profeta y que son las escrituras principales a seguir en la religión. En ellos encontramos demostraciones de la existencia de MonEsVol, además de Los Ocho Condimentos que establecen que no has de ser un fanático religioso, que has de ser buena persona, que no has de juzgar a los demás y que ayudes a los demás. Además el Pastafarismo es una religión inclusiva, lo que permite que puedes pertenecer a ninguna u otra religión, además de ser pastafari.
Para ser pastafari únicamente has de proclamar que has sentido ser tocado por su apéndice tallarinesco. A partir de ese momento tendrás 30 días para probar el pastafarismo, y si no te gusta, estamos convencidos de que tu antigua religión te volverá a acoger con los brazos abiertos.
Hay que tener siempre presente que el Monstruo del Espagueti Volador es invisible e indetectable y creó el universo después de beber mucho. La borrachera de MonEsVol explica las imperfecciones del mundo creado. Todas las evidencias que «erróneamente» apoyan la evolución han sido «plantadas» intencionadamente por MonEsVol para poner a prueba la fe de sus fieles. Así, el Monstruo del Espagueti Volador hace que todo parezca más viejo de lo que es en realidad. Por ejemplo, cuando un científico realiza un proceso de datación radiométrica de un objeto arqueológico, el Monstruo del Espagueti Volador está ahí para cambiar los resultados con su apéndice tallarinesco sin que el científico se dé cuenta. MonEsVol guía continua e invisiblemente la conducta de cada ser humano, creyente o no, por medio de sus «apéndices tallarinescos».
El calentamiento global, los terremotos, los huracanes y otros desastres naturales son consecuencia directa de que a partir del siglo XIX ha disminuido el número de piratas, y es por esto que los pastafaris devotos deben vestir completamente con atuendo de pirata. El día sagrado de los pastafaris es el viernes.
Aunque el Monstruo del Espagueti Volador posee un nombre, este es tan hermoso y difícil de pronunciar que no solo mata a quienquiera que lo intente, sino también a todo ser dentro de un radio de 6534 kilómetros (distancia superior al radio de la Tierra en unos 150 km). Este radio se duplica (y por tanto la esfera resultante abarca todo el planeta) cuando uno trata de escribir o mecanografiar el nombre. Esto fue hecho a propósito por el Monstruo del Espagueti Volador solo para entretenerse.
Una religión laxa
Las religiones suelen tener en común muchos de sus textos, explicados de formas distintas, pero con similitudes importantes. El Pastafarismo en este sentido es una religión laxa, a veces inconexa y que se toma la vida con mucho sentido del humor. Esto no la convierte en una religión paródica, todo lo contrario, los pastafaris se toman la vida con mucha seriedad, aunque lo hagan siempre de forma laxa y relajada.
Algunas religiones no parecen estar muy a favor de que se haga humor con ellas, como se ha podido ver en algunos casos en los que fanáticos religiosos han atentado contra aquellos que se toman la vida con filosofía. No es el caso del Pastafarismo, la única religión que nunca ha atentado contra la vida de otra persona por sus creencias religiosas.